"Santander, la marinera, es la que más quiero yo
la que tiene azul el alma
y al viento su corazón.
La que crió a Sotileza
la del hablar cantarina,
en el tendal ropa blanca y un jilguero en el balcón".
Noviembre nos deja un placentero día para disfrutar de esta inmensa playa del Sardinero.
Hasta el Neptuno Niño del promontorio de la playa del Camello está gozando de este tiempo tan benigno.
Qué contraste esta calma con los bramidos de la galerna narrada por José María de Pereda en Sotileza.
Una oración nunca sobra, pero en este caso el pescado nos lo garantiza La Chulilla, y no nos defrauda. Un estupendo rodaballo, compartido para los cuatro, que nos sabe a mar.
Aunque parezca el Caballo de la Pegaso, realmente es el recorrido por la ciudad. 19 km bien empleados. Seguimos disfrutando del confinamiento municipal.
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