sábado, 28 de noviembre de 2020

SANTANDER, LA MARINERA.

"Santander, la marinera, es la que más quiero yo

la que tiene azul el alma

y al viento su corazón.

La que crió a Sotileza

la del hablar cantarina,

en el tendal ropa blanca y un jilguero en el balcón".

Noviembre nos deja un placentero día para disfrutar de esta inmensa playa del Sardinero.
Hasta el Neptuno Niño del promontorio de la playa del Camello está gozando de este tiempo tan benigno.
Nos dejamos embaucar por el canto de la  sirena de la Magdalena.
En caso de duda el faro de Mouro nos servirá de guía.
Aunque no nos importa perdernos por esta belleza de Península.
Marea baja y coeficiente alto. Los santanderinos aprovechan la bonanza de los rayos de sol.
Los barcos amarrados en Puerto Chico.
Qué contraste esta calma con los bramidos de la galerna narrada por José María de Pereda en Sotileza.
El Barrio Pesquero también aprovecha el día de descanso con su flota amarrada.
Nos encomendamos a la Virgen del Carmen para que el pescado que pedimos sea de nuestro gusto.
Una oración nunca sobra, pero en este caso el pescado nos lo garantiza La Chulilla, y no nos defrauda. Un estupendo rodaballo, compartido para los cuatro, que nos sabe a mar.
Retornamos el paseo por el Parque del Agua hasta el Cabildo Alto.
Paseo de Pereda y Plaza de Pombo.
Aprovechando la luz del atardecer.
Por el Paseo de Menéndez Pelayo.
La tarde va tocando a su fin.
Aunque parezca el Caballo de la Pegaso, realmente es el recorrido por la ciudad. 19 km bien empleados. Seguimos disfrutando del confinamiento municipal.




No hay comentarios: