viernes, 25 de septiembre de 2020

VALLE DE VALDEBEZANA. RINCONES Y FRUTOS.

 El otoño nos obsequia con un soleado y ventoso día, fabuloso para darnos un baño de naturaleza y recibir sus olores sabores y colores.

El primer rincon, la iglesia románica de Montoto.
El fruto, las castañas.

Casas de estilo montañés, tejado a dos aguas y solana en la última planta.

Primer baño de bosque por el hayedo de Carrales. Intenso.
Y del haya, los hayucos.

Dejamos por el camino Bezana, Cilleruelo y San Román.

Cambiamos de clima y vegetación, pasamos de la umbría al sol y del hayedo al encinar y rebollos. Los taninos nos embriagan.
Disfrutando del camino llegamos al desaparecido pueblo de Perros. La fachada de piedra es el último vestigio.
Tomaremos un buen puñado de moras para levantar el ánimo después de pasar por Perros.
Y las moras parece que despiertan nuestro apetito, así que echaremos las diez y hasta las once a la vera de la iglesia de Munilla.
De postre unas endrinas.
Con las fuerzas repuestas acometemos la singladura de las Palancas.
Ya se caen las avellanas.
Un bello camino nos acerca a Lándraves.
El nogal ha sido el árbol del camino, estupendos ejemplares en los pueblos.
Lándraves está cuidado con esmero.
Y delicadeza.
De la parra una uva.
Y vamos llegando a la Hoz de Arreba.
Que tiene unas ricas manzanas reinetas.
Todavía hemos de probar las mostajas.
Y los escaramujos.
Dicen que el que va a la fuente y no bebe, burro va y burro vuelve.
Nosotros bebemos...y no para olvidar sino para celebrar la llegada del otoño y para que los cambios de estaciones nos pillen desconfinados y así poder sentir todas la sensaciones que transmiten.
https://es.wikiloc.com/rutas-mountain-bike/soncillo-monte-carrales-las-palancas-soncillo-57428762

lunes, 21 de septiembre de 2020

LA BOTA VUELVE AL CURAVACAS


 

 Día de las nieves del año 2020. Aprovechando la nueva normalidad repetimos ruta con el objetivo de pernoctar en el Pozo Curavacas. Han pasado unos años desde la última vez que estuvimos, unos 10, y desde los pies a la cabeza se nos van notando los abriles. 

 

Partimos de Cardaño de Arriba por el Collado del Ves hasta el Pozo Curavacas:


Y vuelta al día siguiente por el largo valle de Pineda hasta Vidrieros:

El día es espectacular, subimos bordeando el Arroyo de las Lomas para desviarnos a la derecha e iniciar la subida hasta el Collado del Ves. A esta pradera  todavía no ha llegado el ganado. Se nota que el año es abundante en pastos.

Llegar al Collado, no sin esfuerzo, y ver ya la inmensa mole del Curavacas es una pequeña recompensa:




Iniciamos el descenso hacia el Pozo del Ves:


Donde hacemos parada, fonda y baño en sus frías aguas:



Desde aquí ya tenemos una magníficca perpspectiva de Peña Sagra:

 Sólo queda dejarnos caer hasta el Pozo Curavacas, donde pasaremos la noche:

De nuevo un baño ya que el sol acompaña y el agua un poco más caliente que la del Ves:
Disfrutamos de las vistas, al fondo Peña Prieta:


La luna llena nos acompañará toda la noche y la tarde se alarga entre reflejos que nos hacen sentir en el paraiso


Los últimos rayos de sol perfilan esta imagen cual dios griego de Sito;

 

Amanece otro magnífico día y nos despedimos del Pozo Curavacas para inciar el descenso hacia Pineda:



La luna desaparece al oeste por el Collado del Ves:

Pasamos cerca del chozo del Tío Vicente entre cascadas y  puentes:


Y por fin nos vamos acercando a Vidrieros, ya dando vista a la cara sur del Curavacas:
El calor y el frescor del río Carríón a su paso por Vidrieros invitan a otro baño:


En reumen, dos días sin mascarilla por estos puertos míticos en buena compañia y sin mayores percances salvo unas cuantas ampollas.  Está demostrado que la bota no es vehículo de transmisión de  virus y por eso es nuestra compañera de ruta más fiel. Seguiremos compartiendo, que el aislamiento sólo sea cuestión de centímetros.