"Hay un paisaje materno, que es en el que aprendimos a ver el mundo, que no será a lo mejor el más bonito ni el más grandioso, pero es con el que nos sentimos en armonía".J. llamazares.
Nuestro paisaje materno se llama Castrillo, se llama Higón y se llama Aguayo. Las tres portillas son las que dan acceso a los corrales de nuestras casas.
Por esas portillas pasaban las personas, los animales, los carros, el cartero, el tratante...
Hoy suelen permanecer cerradas, antes siempre abiertas.
Para hermanar los tres pueblos hemos recorrido otros 23, todos del mismo o parecido pelaje. Cabe destacar la similitud entre las espadañas de las iglesias de Villamoñico y Aguayo.
Pasamos por sitios tan peculiares como Campoflorido y Campollaguido.
El ganado pasta en libertad por el territorio.
Mediadoro se lleva el record en altitud, superando los 1000m. Dicha altitud lleva aparejada la despoblación, pero también ciertos valores, destacando la solidaridad vecinal. Nosotros pasamos un buen rato dándole a la hebra con dos vecinas.
Llegamos a Higón con amenaza de tormenta pero sobre todo con ganas de comer.
Preparamos en la lumbre un arroz con asadurilla de lechazo de Aguayo que nos quita las pocas penas que llevamos.
Se guisa la asadurilla con mucha cebolla y pimienta, varias hierbas como romero, tomillo, laurel. Majado de ajo con comino. Pimentón y tomate, buen chorro de vino blanco y añadimos arroz y agua, salamos, y dejar que trabaje la lumbre.
Ahora tenemos que bordear el embalse del Ebro. Rebasamos Ultramarinos el Clavel intentando recordar los distintos camiones que ha tenido a lo largo de nuestros casi 60 años. Nos remontamos al Ebro rojo de Mesio y Pedro.
Intentaremos dar esquinazo a la tormenta que se asoma por Montejo con la vista puesta en la piramidal silueta del Pico Jano. Hacia allá nos dirigimos.
Pasamos de la cuenca del Ebro (Mediterráneo)a la del Besaya (Cantábrico), por el punto más bajo entre ambas, que se encuentra en el Monte de Lanchares, y damos vista al territorio Roberto. Presa de Alsa, praderías de Aguayo y el mencionado Pico Jano. Hermoso paisaje y estupendo paisanaje.
Dormimos como niños en Aguayo después de la buena cena, gracias M. Carmen. Retomamos la marcha con otro fabuloso día. Dejamos atrás el Valle de Aguayo y nos asomamos a Campoo de Yuso.
Nos situamos al sur del Embalse del Ebro cruzando el puente de Horna.
Ebro abajo van apareciendo distintas joyas. Bustasur, La Aldea, Reocín de los Molinos...
Con la luz preciosa que tenemos, no se merece la Aldea un blanco y negro.
Inmensa la masa forestal por Arcera. La espadaña de su ermita asoma a duras penas.
Hemos vuelto a Valderredible.
Cerramos el círculo del hermanamiento en Castrillo.
Gracias Rosa por la barbacoa y por compartir ese buen orujo guardado para las ocasiones.
"La patria es el paisaje de la infancia" No seremos nosotros quienes llevemos la contraria a los poetas.
