Ruta visual pasando del rojo intenso de las amapolas al ocre de las tierras sin fruto. De los distintos verdes de las espigas a los tonos cenizos de Peña Amaya.
Comenzamos la ruta en el mismo lugar que el Canal de Castilla.
Pero no vamos a Valladolid, ni tampoco en gabarra. Pedaleamos hacia Nogales de Pisuerga.
Buscando la luz, que por el Cantábrico está oscuro.
Hablando de colores, destaca el rojizo oscuro de la iglesia de Nogales, sacado de la misma tierra. Pasará lo mismo en los pueblos de Amaya.
También el blanco de la harinera llama nuestra atención.
Rebolledo de la Torre.
Nos tomamos tiempo contemplando la galería.
El lancero apunta directo al ojo del yelmo.
Buen día tiene el fotógrafo.
Un placer estas carreteras para ciclar.
Los caminos también nos ofrecen la tranquilidad suficiente para admirar el entorno.
Desde Peña Amaya el mar de tierras se muestra inmenso.
Por este mar hemos elegido surfear hoy.
Entraremos al puerto por la bocana.
Dejando atrás el cascarón...
...del gran buque.
Cruzaremos el túnel y daremos por finalizada la singladura.
Fotógrafo pillado con las manos en la masa.
