viernes, 15 de diciembre de 2017

NAVIDAD 2017


A pesar del año... también  de sequía gastronómica, deseo a todos los que andamos por aquí y fieles seguidores del mundo mundial de este humilde "gastrodeportivo" blog, un...

FELIZ AÑO 2018 y ...



                                                                                                                        Foto original... :) ;)

... Joyeux Noël,
Buon Natale,
Frohe Weihnachten...

sábado, 4 de noviembre de 2017

BOSQUE DE SAJA. BARCENA MAYOR-ALTO DE LA CRUZ DE FUENTES.

Otra preciosa ruta de otoño, esa estación que es como el carril de deceleración que nos prepara para afrontar el lento invierno.
Innumerable lugares tenemos en Cantabria para disfrutar de la mencionada estación, pero puestos a elegir nos quedamos con el Parque Natural Saja-Besaya.
 Y acotando un poco el lugar, pues son 245 kilómetros cuadrados, nosotros iniciamos la ruta en el pueblo de Bárcena Mayor a 500 metros de altitud.
 "El bosque tiene algo de templo a la intemperie donde se cobija la vida. Por eso el incendio de un bosque nos entristece y sobrecoge tanto" (Juan Manuel de Padra.)
 La lluvia caída la noche anterior refuerza esa frescura y humedad permanente del hayedo.
 Aunque la pertinaz sequía hace que las torrenteras estén secas.
 De vez en cuando una racha de viento sur provoca una lluvia de hojas o un remolino con las ya caídas.
 El bosque da paso a praderías donde vacas y yeguas hacen acopio de pasto.
 Después de 16 km de continuo pedaleo llegamos a La Cruz de Fuentes a más de 1270m. de altitud.
Esta vez elegimos una remodelada cantina para tomar la cerveza, "el rincón del valle", en la que encontramos este cartel.
Con la experiencia que tenemos al pedal, podemos afirmar que no se puede parar, que te caes, pero cada vez nos gusta más la lentitud, ralentizar los momentos y la vida misma. 

miércoles, 25 de octubre de 2017

ESCALADA-ORBANEJA-LA LORA. UNA MARAVILLA.

Ruta otoñal de la llamadas de enmarcar. Preciosos senderos a la orilla del Ebro, paisaje abrupto modelado por diversos fenómenos, y los conocidos pueblos de Escalada, Orbaneja, San Martín de Elines, Rocamundo, Sargentes de la Lora y alguno más que se olvida.
 Bonita restauración de esta vivienda rural, conservando los dujos u hornillos en el desván o tercero, el horno al exterior, y piedra y madera en toda ella.
 El Ebro va a ser nuestro compañero de viaje en buena parte del recorrido.
 Unas veces serán chopos los que nos deslumbren y otras  viejas hayas. En esta era aún se conserva una sencilla caseta de aperos construida con piedra de toba.
 Vieja casona de hidalgo en Escalada.
 Interesante la portada románica de la iglesia del mismo pueblo.
 Seguimos por el plácido sendero tapizado de hoja, un placer. 
 De repente aparece escondido Orbaneja del Castillo.
 Una vez más  visitamos el pueblo, hoy ajeno a turistas que no seamos nosotros y un autobús de niños que están recibiendo la clase sobre el terreno, menudo lujo.
 Sigue la senda a la vera del río, de vez en cuando aparece un antiguo y abandonado huerto.
 Desde Quintanilla de Escalada hasta la colegiata de San Martín de Elines  han sido 18 km espectaculares en esta fecha que nos encontramos, pleno otoño. Muy recomendables, tanto en bici como andando.
Por Valderredible alcanzamos La Lora, subimos desde Rocamundo. Duro puerto, por cierto. En este mirador al lado del observatorio astronómico reponemos fuerzas y hasta una pequeña siesta.
 El petróleo pasó a mejor vida.
 Es el turno de las renovables.
 Nuestro circuito se va cerrando. De los cero grados y niebla que nos encontramos a la salida, pasamos a más de veinte y cielo raso al mediodía.
 La bajada de La Lora al Ebro, en Quintanilla, la hacemos por un recién recuperado camino, espectacular por el paisaje y por la pericia que muestran los ciclistas. 
Y las cervezas en la cantina de Paradores de Bricia, que según la dueña lleva abierta "toda la vida".

sábado, 14 de octubre de 2017

SAN ESTEBAN DE CUÑABA. ASTURIAS ENTRE CASTAÑOS.

Nueva incursión en tierras asturianas para visitar la escondida aldea de San Esteban de Cuñaba, el pueblo de Cuñaba, y acceder a los invernales o puertos de Tremaño. Descenderemos por las abandonadas minas de Argayón hasta el pueblo de Robriguero y luego a Panes donde nos espera la cerveza y la fabada.
 Desde Panes un bonito sendero asfaltado nos saca a la iglesia de San Juan de Ciliergo, acostumbrados a verla siempre desde la carretera disfrutamos ahora a sus pies gracias a que esta vez el medio de transporte es nuestra querida bicicleta. 
 Maravilloso el otoño, basta que te encuentres dos chopos en el camino para que la vista se recree con esta estación. Nos falta la ruta completa, pero ganas daban de quedarse en el banco a pasar el día. 
 Nos hubiéramos perdido recorrer un duro pero bonito paisaje, y nos hubiéramos perdido poder contemplar unos cuantos  enormes castaños.
 La primera sudada, que no la única, la pillamos subiendo a San Esteban de Cuñaba donde alegremente nos recibe el perro.
 Así llegamos a la plaza del pueblo donde el cuatro veces centenario castaño recibe el último homenaje, conservando el tronco, con placa incluída, después que una ventolera acabara con él.
 Pocas casas componen la aldea, pero no hay sitio para más.
 Seguimos ascendiendo si queremos llegar al pueblo de Cuñaba, y desde aquí observamos San Esteban al fondo.
 Tendremos que pasar la sierra que tenemos a nuestra izquierda. Es lo que conocemos como una buena emboscada, !!madre mía¡¡ qué cuestas, menos mal que vamos de excursión y no competimos más que con nosotros mismos.
 Y superado Cuñaba la cuesta sigue y con pendiente de vértigo, así que no queda más remedio que echar pie a tierra y sacar el bocadillo y la bota o seremos incapaces de llegar al puerto.
Pero lo hemos conseguido, la vaca carreña nos da la bienvenida y nos desea feliz y prudente descenso.
Así lo haremos, con cuidado bajaremos hasta el Río Cares y tomaremos la merecida cerveza en la cantina de Abandames,  y ya puestos, nos animamos con una fabada en Panes, fin de ruta.

sábado, 26 de agosto de 2017

PUERTO DE LUNADA.

Uno de los puertos de montaña más bonitos que conozco.
 Quince km de subida nos esperan desde nuestra salida en San Roque de Riomiera, una de las tres Villas Pasiegas.
 Pero como todas nuestras rutas, lo tomaremos con una calma proporcional a la belleza del lugar por el que pasemos.
 Y aquí la belleza es tanta que obliga a pararnos en numerosas ocasiones.
 El día,  no puede ser mejor, visibilidad absoluta, calor pero sin agobiar y un poco de viento.
 La niebla y la nieve en invierno, suelen dar al traste con cualquier intento de ascender este puerto.
 Valle en V que se tornará en U según ascendemos.
 Estamos en el corazón de los Valles Pasiegos, cabañas, prados, vacas.
 Queda puerto queda...
Las caras expresan el esfuerzo.
 Pero el esfuerzo es compensado con lo que vamos viendo.
 Desde el mirador, muy cerca de la carretera, tenemos buena panorámica del Valle, incluso Santander divisamos al fondo.
 Y el objetivo ha sido logrado, alcanzamos la cima del puerto y con ello el límite  territorial, Burgos al sur. 
No ha faltado la cerveza en la cantina de San Roque, bar, tienda, y restaurante.