miércoles, 19 de abril de 2023

CAMINOS.


Caminos de tierra, caminos de piedra, puentes, vados, vías, sendas, carreteras. Distintas formas de unión o vertebración del territorio.
Recorridos pausadamente, andando o en bicicleta para sentirlos.
Haciendo tantas paradas como te pidan los sentidos.
Caminos de hierro.
Que se llevaron el carbón ... 
...y después a los mineros.
Nos dejaron las iglesias.
Nos dejaron los paisajes.
Como dice el maestro Peridis " me gustan los pisajes ondulados con colinas boscosas o  peladas, con los prados y trigales jugando a pintarse de verde, y cuando en una de esas lomas o colinas hay una ermita, el pisaje cobra otro significado porque se convierte en un paisaje transcendente".
Así lo vimos ...
y así lo contamos.
Con la vista en las montañas, la música de los pájaros y el olor de los endrinos en flor despedimos la jornada.







sábado, 8 de abril de 2023

CABECERAS DEL SAJA Y NANSA.

Recorrer parte de dos cuencas fluviales paralelas en Cantabria supone subir un Puerto y bajar otro, además de enlazar ambos con otras dos subidas y sus correspondientes bajadas.
Subimos el Puerto de Palomera.
Y bajamos el de La Cohilla.
Unimos las dos cabeceras cruzando los Puertos de Sejos.
Pasando por el emblemático lugar de los Cantos de La Borrica.
Hasta alcanzar el Collado.
Y descender al Valle de Polaciones.
Donde nos reciben con sorpresa pero con agrado.
Haciendo amigos...que nunca se sabe.
Arquitectura popular.
Bajando el Nansa llegamos hasta Tudanca.
La Casona de Tudanca, escribe Cossio, fue construida por un perulero en tiempos de Felipe V que salido de Tudanca sin fortuna, la logró en el otro continente, y a su regreso edificó la Casona......
Existen casonas y también casitas.
Toca volver a la cuenca del Saja. Subimos el Prao Concejo.
Cruzamos las Pandas de Bucierca.
Y descendemos de nuevo al Saja.
Todo ello, que no es poco, con nuestras bicis asistidas por el Yamaha, pero poniendo mucho de nuestra parte para no agotar las pilas.





sábado, 1 de abril de 2023

DE TIERRAS Y MONASTERIOS. VALLE DE LA OJEDA.

"Rezaré por vosotros". Así se despide la nonagenaria monja que nos hace de guía en la visita al monasterio de San Andrés de Arroyo.
El intenso frio que corre por el claustro no permite distinguir colores.
Gracias a la pericia del fotógrafo conseguimos ver la luz.
Una de las joyas del monasterio es su capitel con motivos vegetales calados, tallado a trépano.
-Lleva Ud. muchos años en el monasterio, madre? pregunta el ciclista.
-Setenta y dos voy hacer.
..." puso mucha atención para no perderse el desvío al monasterio, pero al llegar al valle de la Ojeda se distrajo contemplando el cromatismo de las tierras con las heridas del arado sangrando todavía y el color de la pana de aquellos campos con vocación de trigales abiertos sus surcos al sol y a la lluvia, que corrían paralelos al lado mayor del cuadrilátero que circunscribía unas tierras llenas de promesas de un futuro maná. Una de ellas era amarillenta porque estaría en barbecho y todavía no había sentido el empuje del bisturi; otra era roja cobriza; su hermana, bermellón, y en la tierra de al lado, como si fuera de oro viejo, brillaba el ocre.
Todas ellas hijas naturales de una pertinaz arcilla y de una arenisca amarillenta que permanecían abrazadas desde tiempo inmemorial en ese juego de encuentros y desencuentros de los montes y los ríos". 
EL CANTAR DE LIÉBANA. Peridis.
El tiempo se detuvo.
Ahora lo llaman despoblación. El fotógrafo ve un muro de adobe en declive y un solotario columpio.
Y elije el mejor fondo posible para el autoretrato.
Friso y árbol. Sabido es que el románico está lleno de simbolismo.
Continuamos viaje.
A ratos por la dehesa.
Otros por La Vega.
Pero manteniendo el rumbo.
Vaciamos la mochila y la bota haciendo caso omiso al consejo de San Benito de que el vino hace claudicar hasta a los más sensatos.
De postre unos tortos adquiridos en el Monasterio fruto del ora et labora de las monjas.
-Muchas gracias por la visita, y por sus oraciones por estos pecadores.
-Cuidese del frio.