Hay que aprovechar cada oportunidad que nos brinda la vida misma para hacer aquello que nos llena de energía. Desde un paseo por la naturaleza, hasta una comida fraternal con amigos, por poner algún ejemplo.
No hemos de esperar a que se nos pase el arroz.
Típico día de otoño con temperatura suave, viento del suroeste, algo de sol y el terreno húmedo desprendiendo esos aromas de las primeras hojas en el suelo.
Ascenso a La Lora por el bosque mixto de hayas, robles, avellanos, serbales...
Así tenemos buena perspectiva del Valle. Cuidado con el ábrego no te tire sin el paracaídas!!
Sólo nuestras pisadas interrumpen el silencio.
Pasamos por el chorco de los lobos, un complemento etnográfico a la excursión.
Brezo. He probado la miel de mi amigo Carlos, recién catada, espectacular.
Tres horas ininterrumpidas de caminata nos van abriendo el apetito.
Empezaremos con un albariño venido del mismo Cambados para la ocasión.
Para continuar con esta paella tradicional valenciana hecha con mucho mimo y los ingredientes básicos de la huerta, más el conejo. A falta del garrofó, ponemos alubias blancas previamente remojadas, y como no es temporada, tampoco se incluyen las alcachofas. Reposado y tapado con el diario de noticias atrasado, como manda la costumbre.
El resultado fantástico. Grano suelto y entero.
Un didáctico paseo con visita a la catedral del rupestre pone fin a esta jornada deportiva y gastronómica. El interior de Santa María de Valverde nos traslada en el tiempo. Cuesta volver a la realidad del presente.
Ascenso a La Lora por el bosque mixto de hayas, robles, avellanos, serbales...
Así tenemos buena perspectiva del Valle. Cuidado con el ábrego no te tire sin el paracaídas!!
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