No hay nada más
sencillo que coger el palo, un bocadillo y ponerte a caminar.
A veces huimos de lo
sencillo y nos complicamos sin necesidad.
Qué hay más
sencillo que una ramita de haya en otoño?
No es más
sencillo este alfombrado pasillo, que rotondas y autovías?
Si
sencillo es el camino también lo tiene que ser el pueblo al que llegamos. Crespos, en el Valle de Manzanedo. Las Merindades de Burgos.
Piedra, madera y
sencillas ventanas.
Estamos ante el elogio de la
sencillez. Preciosa iglesia románica de principios del S XII.
Aquí todo es
sencillo, por eso la puerta permanece abierta, sin más custodios que los portentosos nogales.
Incluso puedes encontrar un
sencillo alojamiento.
Quizás el edificio más
sencillo del pueblo, adornado con dos
sencillas colmenas o dujos.
Y que alberga un horno comunal para hacer el más
sencillo de los
alimentos
, el pan.
Por este
sencillo camino dentro del hayedo subimos al páramo de Bricia.
Desde donde tenemos unas
sencillas vistas. Perros, un pueblo desaparecido y Munilla, esperemos que se mantenga.
Acabamos el relato explicando que es una ruta
sencilla, como suele decirse, apta para todos los públicos.
Que nos permite llegar al punto de salida. Bricia, perteneciente al Alfoz de Bricia.
Sencillamente fenomenal el paseo.
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