jueves, 15 de agosto de 2013

PICOS DE EUROPA. FUENTE DÉ-ÁLIVA-FUENTE DÉ.

Al menos una vez al año no debemos dejar de visitar Los Picos de Europa. Esta vez  ha tocado en agosto, un poco masificados, pero así es la historia, todos contribuímos a dicha masificación.
 En tan sólo cuatro minutos el teleférico nos planta a 1823 m. de altitud, salvando un desnivel de setecientos y pico de metros. ¿Quién se resiste a cogerlo? Llevamos a dos jóvenes acompañantes y esto es una motivación más, aunque no faltan las bromas sobre si aguantará o no el cable. Afortunadamente el cable aguanta y nos saca de la niebla del valle para dejarnos bajo un espléndido sol y a los pies de las más altas cumbres de Picos de Europa.
 Desde ese punto iniciamos un recorrido conocido como el de Los Puertos de Áliva, descansado y apto para un variado público, y nombrado como PR.PNPE.24. Circular y con el aliciente de que la parte final es bosque y además nos devuelve a la estación de Fuente Dé, esta vez sin utilizar el teleférico.
 La ruta es entretenida dado que, a pesar de la monotonía de paisaje que son Los Picos, aquí combinamos los pedreros con las praderías de Áliva, pasamos junto al chalet real y al hotel-refugio de Áliva, nos desviamos un poco del sendero para llegar a la ermita de la Santuca de Áliva, y tenemos hermosas vistas de todo el Macizo Oriental, de la mole de Peña Vieja y del valle glacial que se desliza en dirección a Sotres.
 Además de la fauna salvaje que pueda observarse, también esta zona es aprovechada por cabras, vacas y ovejas, si bien a estas alturas de agosto el pasto escasea notablemente.
 La tudanca posa sin reparo delante de lo que llaman el chalet real, construción de estilo ingles mandada edificar por la compañía asturiana de minas y dicen que usado por el rey Alfonso XIII para pernoctar en sus cacerías por estos lares.
 Nosotros seguimos camino dejando la mole de Peña Vieja a nuestras espaldas y haciendo ganas de meterle mano al bocadillo.
 Elegiremos una de las sombras que nos ofrece la ermita para tal menester, y aprovechamos para un merecido descanso tras el ágape y el esfuerzo, no vayamos a tener una rebelión a bordo.
 Desde la ermita seguimos la pista que nos llevaría al pueblo de Espinama, pero encontramos el sendero balizado que comienza en el puente de la foto y que salvo la bajada inicial hasta el arroyo, que es un poco incómoda, el resto por camino suave entre avellanos, hayas y robles, nos llevará hasta Fuente Dé. 
Una maravillosa jornada de montaña, un maravilloso día de sol sin calor excesivo y unos jóvenes acompañantes, que apenas sin protestar, hicieron la ruta y se recuperaron a los diez minutos de terminarla, los abuelos tienen pequeñas agujetas al día siguiente. Bendita juventud.
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5041126

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