Por si no fue bastante sugerente el "Santander un mar de cultura" que no hace mucho os dejó el amigo Luis en este blog, animando a la peña a salir a caminar, correr, pasear o cada uno lo que desee, ahí va otro anzuelo con carnada de primera calidad. El recinto de la Península de la Magdalena. No menos de dos o tres veces por semana lo visitamos nosotros en nuestas escapadas de corricolaris, sobre todo en esta época invernal en que nos encontramos y donde solemos buscar el amparo de los vientos, meteoro de lo más molesto para el corredor, peor que el frio o la lluvia. Aquí mal que bien, nos defendemos del gallego y del cierzo, no así del loco sur, pero bueno, ya lo dicen en mi pueblo "del ábrego no hay abrigo".
Ciertamente no se le pude llamar esfuerzo ni sacrificio echar una carrerita por este entorno, si vas sólo, la mirada se escapa, unas veces para el ancho mar, otras para la vegetación del interior, si subes por el norte, hacia el faro y Cabo Mayor, y cuando coronas el palacio, la bahía. Y uno que tira al monte, pues tiene para elegir, desde los de Soba, hasta el Porracolina, Valnera, Alto Campoo, Peña Sagra y por último Los Picos, casi na.
Pero no solamente valoramos el entorno por sus vistas y situación, valoramos el aire puro que respiramos en este recinto, y valoramos mucho el poder correr por caminos de tierra o hierba, pues nuestras maltrechas vielas no están para demasiados impactos sobre el asfalto.
Y valoramos este sinuoso circuito que nos marcamos, con sus cuestas, en este caso nos ponemos como premio por haber subido, el disfrutar de este precioso mirador sobre la isla de Mouro, sobre el Cabo de Ajo y sobre lo que cada cual quiera mirar. Algunas veces también miramos a la novia que decide dar el paso en el palacio.
-¡Jesús, y adentro...!
Y la ola pasó también sin reventar, hacia las Quebrantas, y la lancha comenzó a deslizarse por la pendiente de un nuevo abismo. Pero aquel abismo era la salvación de todos, porque habían doblado la punta de la Cerda y estaban en puerto seguro.
Y si el esfuerzo parece vencernos, nos acordamos de la galerna superada por los personajes peredianos y sacando fuerzas de flaqueza seguimos adelante. Venga, una vuelta más.
Pues eso, que el "Plan Director de Uso y Gestión del Palacio y Recinto de La Magdalena" compuesto por no se cuantos sabios, nos siga permitiendo disfrutar de este maravilloso espacio, y si hacen algo, por Dios que sea para bien, no se les vaya a ocurrir hacer un Centro de Interpretación de la Monarquía. Tú, no des ideas.
Ciertamente no se le pude llamar esfuerzo ni sacrificio echar una carrerita por este entorno, si vas sólo, la mirada se escapa, unas veces para el ancho mar, otras para la vegetación del interior, si subes por el norte, hacia el faro y Cabo Mayor, y cuando coronas el palacio, la bahía. Y uno que tira al monte, pues tiene para elegir, desde los de Soba, hasta el Porracolina, Valnera, Alto Campoo, Peña Sagra y por último Los Picos, casi na.
Pero no solamente valoramos el entorno por sus vistas y situación, valoramos el aire puro que respiramos en este recinto, y valoramos mucho el poder correr por caminos de tierra o hierba, pues nuestras maltrechas vielas no están para demasiados impactos sobre el asfalto.
Y valoramos este sinuoso circuito que nos marcamos, con sus cuestas, en este caso nos ponemos como premio por haber subido, el disfrutar de este precioso mirador sobre la isla de Mouro, sobre el Cabo de Ajo y sobre lo que cada cual quiera mirar. Algunas veces también miramos a la novia que decide dar el paso en el palacio.
-¡Jesús, y adentro...!
Y la ola pasó también sin reventar, hacia las Quebrantas, y la lancha comenzó a deslizarse por la pendiente de un nuevo abismo. Pero aquel abismo era la salvación de todos, porque habían doblado la punta de la Cerda y estaban en puerto seguro.
Y si el esfuerzo parece vencernos, nos acordamos de la galerna superada por los personajes peredianos y sacando fuerzas de flaqueza seguimos adelante. Venga, una vuelta más.
Pues eso, que el "Plan Director de Uso y Gestión del Palacio y Recinto de La Magdalena" compuesto por no se cuantos sabios, nos siga permitiendo disfrutar de este maravilloso espacio, y si hacen algo, por Dios que sea para bien, no se les vaya a ocurrir hacer un Centro de Interpretación de la Monarquía. Tú, no des ideas.
2 comentarios:
Si antes lo hablamos...
Me parece uno de los sitios más emblemáticos de Santander y paradójicamente de los olvidados por los propios santanderinos. Parece como si, al ser una atracción turística, perdiera un poco el encanto para nosotros, los complicados santanderinos.
Alfonso, me acaba de decir un pajarito que hoy es un día especial para ti ¿aceptas mi felicitación aprovechando este lugar al que das tanta vida de esa que hoy celebras? ¿Y permites que felicite también a los que tienen-tenemos- la suerte de contar contigo? Un fuerte abrazo.
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