la hierba queda tumbada, menos la que queda en pie.

Se empieza picando el dalle, para ello elige el paisano una buena sombra y con paciencia y concentración pica y pica con acompasado ritmo, mojando de vez en cuando el martillo en la lata con agua y vinagre o echando un salivazo sobre el filo. Nos deja el picador absortos con su música hasta que finaliza su trabajo sin haber cuarteado el dalle, saca la pizarra de la colodra, un par de pasadas y a segar.

Todo un arte el de segar a dalle, piernas abiertas y ligeramente flexionadas, pasos cortos, espalda arqueada, y buen giro de hombros y cintura. "Nadie se puede casar en esta zona sin saber picar y segar a dalle" (Braulio dice). Por eso vemos a Roberto practicar, aunque me parece que ya lo traía de casa.

A mitad de prado se hace un descanso, se quitan los bozales a las vacas para que merienden y nosotros sacamos la bota y tomamos un bocado al socallo de la lindera, pues aun siendo verano el cierzo viene fresco.

En el pajar se coloca postada a postada bien pisado, durante el invierto se irá mesando con el cachavo y repartiendo a las vacas por las boqueras.
Finaliza la recogida de la hierba alrededor de San Lorenzo celebrándolo comiendo el gallo o en su defecto el mejor pollo del corral.
Si sería importante la labor que hasta el cura autorizaba públicamente al comienzo del verano el poder trabajar los domingos, con la excepción del día de Santiago Apóstol y el de la Virgen de agosto.
Recientemente he leido la siguiente frase atribuida a Virgilio: "¡Qué felices serían los campesinos si supieran que son felices!" ¿Éramos felices? creo que si, pero quizás no lo supiéramos, por eso intentamos buscar la felicidad en otro lugar. ¿Tendrá esto algo que ver con la despoblación rural?
Empecé con una tonada y finalizo con un poema de José Hierro:
Mi reino vivirá mientras
estén verdes mis recuerdos.
Cómo se pueden venir
nuestras murallas al suelo.
Cómo se puede no hablar
de todo aquello.
El viento no escucha.
No escuchan las piedras, pero
hay que hablar, comunicar,
con las piedras, con el viento.
4 comentarios:
Lo bueno de estos artículos es que uno siempre aprende cosas nuevas. La mayoría de nosotros no nos hacemos a la idea de lo duro y laborioso que es este trabajo. ¿ Verdad Roberto????, parece que lo hayas hecho toda la vida.
Por cierto compi, buen trabajo. Yo de tí iría pensando en el pluriempleo. " Too s'andará y sino al tiempo".
Cuando arranque la desbrozadora el próximo fin de semana volveré a sentirme culpable, aunque ahora un poco más. Por cierto, dicen que Ballesteros llegó a ser buen jugador de golf porque practicó el golpe con el dalle muchas veces, así que ya sabes, ya tienes algo ganado.
Si hubiéramos tenido cámara de fotos entonces (digital o no), el reportaje fotográfico podría ser íntegramente de Higón, con todos nosotros de actores, ¿verdad Fonsi?
Una de las imágenes que tengo es de Miro (el padre de Carlos) picando el dalle a la entrada de la "raña" de Demetrio.
....y la niebla, segando con el norte y la niebla....
.....bueno y el bocadillo de jamón¡¡¡
Me gusta la palabra dalle, no la conocí hasta llegar a Cantabria. Pero me sorprende más esa máquina de segar de tracción vacuna y con pedales; en la primitiva Asturias no existía semejante cosa, pasamos de la guadaña (la gaaña) a las segadoras de gasoil; salvo por eso y porque nosotros no podemos curar la hierba en el día, el resto de la tarea ¡qué igual!
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