jueves, 19 de mayo de 2022

CASTAÑEDA-HIGÓN-CASTRILLO-AGUAYO. HERMANAMIENTO 4 PUEBLOS.

Sin duda el pueblo y territorio que te vio nacer y donde pasaste buena parte de tus primeros años, te acompañará para el resto de tu vida.
En un gesto de homenaje a dichos pueblos, vamos a unirlos en un viaje de dos días en nuestro vehículo preferido. La bici. 
Y elegimos como punto de partida y con los primeros rayos de sol, Castañeda, cuna y linaje del botero Sito.
Cruzaremos Cantabria, primero de norte a sur, y al día siguiente a la inversa, atravesando la cordillera por el Puerto de la Matanela, al subir,  y dejando el Embalse del Ebro a nuestra derecha.
Intentamos seguir un trazado recto utilizando carreteras poco transitadas y caminos antiguos.
Cruzaremos los Ríos Pas, Ebro y Besaya. Las carreteras nacionales Santander-Burgos y Palencia-Santander. La vía de La Robla, y la de Madrid-Santander. Los Puertos de La Matanela, El Bardal y El Portillón. Los Montes de Resconorio, Hijedo y el Monte el Agua. También bordeamos los embalses del Ebro y Alsa.
Pedalear por este territorio tan cercano y en estas fechas es un auténtico lujo, a pesar del viento sur en contra que llevamos y del dolor de trasero que provocan los kms sobre el sillín.
Llegamos a Higón, pueblo natal del botero Alfonso, paella, flan casero y siesta.
Mientras unos descansan, otros preparan el arroz. Entre trago y trago.
Cruzamos, como decían los antiguos, " la selva de Hijedo, llena de fieras y alimañas" , pasando por La Cabaña.
Y por Asoma el Toro damos vista al Valle de Valderredible.
El chigre de Bustillo está cerrado, gracias que fuentes y abrevaderos están funcionando.
Coincidimos en Valderredible el día de San Isidro, fiesta que se celebra con el desfile de tractores y otros actos.
Primera etapa conseguida, una vez que hemos llegado a Castrillo de Valdelomar.
Pueblo del botero Luis.
De buena mañana  ponemos rumbo a Campoo.
La diversidad y riqueza de paisajes nos hacen ameno el pedaleo.
Dejamos atrás las cigüeñas de Villaescusa y la ribera norte del pantano para subir hasta el Campo Alto y dar vista al Valle de Aguayo.
Bajaremos a San Miguel por el Monte el Agua, fabuloso hayedo.
Toca comer y descansar en casa del botero Roberto.
Carne de Campoo de primera calidad. 
Roberto aprovecha la visita para controlar al semental de la manada, que es algo pájaro.
Cargamos los bidones y ponemos rumbo al norte.
Javier es el primero en coronar El Portillón y a pulmón como los buenos.
Dos días de convivencia hermanamiento y recorrido por lo que nosotros solemos llamar Tierra Santa, nos dejan un poso de satisfacción y una invitación a repetir en años sucesivos.











1 comentario:

Severina dijo...

¡Me encanta, Fonsi! La “justificación” de la ruta, la realización, la manduca…