Y como vino se fue, permanecen las tierras de labor a la vista, en el subsuelo descansa el "oro negro".
Y entre las patas del caballito el avezado fotográfo, es capaz de mostrarnos los generadores eólicos. Pasado, presente e incierto futuro.
Y hablando del fotógrafo, por aquí cabalga, oteando el verdadero oro, el de siempre desde que los últimos cazadores-recolectores se asentaron y llenaron los campos de semillas. Trigo, patatas y ahora colza, que está en alza.
supuesta crueldad de la naturaleza no es nada comparada con la crueldad de la historia".
Seguimos el viaje en el tiempo, nos remontamos 6000 años atrás, esos primeros agricultores asentados en el territorio buscaron descanso para sus muertos.
Cascada e iglesia de Hoyos forman un bonito conjunto.
Acabada la excursión retornamos al revuelto presente. Quizás a refugiarnos en alguna lectura que nos dé un poco de luz entre tanta tiniebla. Por ejemplo "Sapiens" de Noah Harari.
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