lunes, 26 de abril de 2021

AL SUR DEL PANTANO.

Desconocida injustamente la comarca cántabra del sur del Pantano del Ebro, nos sirve hoy de soporte para una bonita ruta de bici de montaña.
Lo primero que visitamos, a modo de homenaje, será la torre de la iglesia de Villanueva de las Rozas.
Homenaje para aquellos que sufrieron el desalojo y para los setenta años que dicha torre lleva mojándose los pies. 

A falta de campanas que repiquen utilizamos el campanario como excelente mirador del embalse y alrededores.
El ferrocarril de la Robla, que atraviesa la comarca desde Mataporquera hasta Arija, fue la espita por la que se vaciaron los pueblos rumbo a Vizcaya.
Los pocos que quedaron siguieron luchando contra las inclemencias del tiempo e intentando sobrevivir con lo poco que ofrecían los recursos naturales. Madera de los bosques, cultivo de patatas y centeno, y forraje para vacas y ovejas.
El aislamiento confirió a las gentes de Los Riconchos un modo de ser peculiar. Destacamos su hospitalidad.
San Bartolo nos guíe.
Hay que ir preparando los huertos, que vaya oreando la tierra. A ver si deja ya de helar!!
El fotógrafo se ve obligado a poner una nota de color que complemente este austero estilo arquitectónico de la iglesia de Laguillos.
Aquí otro botero nos explica el significado de las ánimas a la vera del camino de entrada de los pueblos. Mucho miedo se gastaba a los fantasmas, convenía una genuflexión y un rezo al paso por el humilladero.
Nunca llevamos prisa en estas rutas.
En Bustidoño tomaremos un tentempié para remontar la última subida. 
Y es que Mediadoro está a 1050 m. Vamos, que ni polilla ni cosa que se le parezca. La espadaña ya nos indica para dónde está el norte, tomando esa precaución se podrá aguantar el invierno.

Los chopos desnudos nos permiten ver muy bien el muérdago.
El punto monumental de la excursión lo pone Aldea de Ebro, primer pueblo al que el río presta su nombre.

Son sus primeros pasos  recién salido del Embalse. Le queda un largo periplo de 900 km hasta el delta.
La iglesia de Bustasur será la primera de muchas románicas que este río bañe. Su simpleza no le quita mérito.

Nosotros damos por finalizado el paseo. Aprovecharemos un area recreativa para recuperar fuerzas y aplacar la sed.





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