miércoles, 10 de marzo de 2021

CANTABRIA FÓSIL. POR TIERRAS MERACHAS.

La fuerte helada mañanera no será obstáculo para acometer esta dura ruta, a ratos en bici y otros caminando, para adentrarnos en un territorio difícil de describir.
No hay suficiente superficie en los Valles, las gentes a lo largo de la historia han tenido que domesticar las pindias laderas y convertirlas en fértiles prados.
Y de aquí saldrán buenas novillas que se exportarán al resto del país para la cría y explotación lechera.Vamos camino de los Pozos de Noja. La pamorámica es inmensa, no hay cumbre que desde aquí no se otee. La nieve en los picos le da a las montañas un plus visual.
 Empuja primo, empuja. No será el último esfuerzo de la jornada.
Llegamos por fin al enclave conocido como Pozos de Noja. Se utilizó su agua para la producción eléctrica.
Dice el primo que si serán los prados quienes abrazan la roca o viceversa.
     Vacas felices, se llaman ahora.
Que habitan en las típicas cabañas pasiegas, perdón, merachas.
Cabañas también ocupadas por otros seres.
Esto es un trago y lo demás imitaciones. Dormido se queda el botero de puro gusto. Nos ha costado llegar aquí.
Hemos de seguir ruta que aún quedará una buena emboscada.
Qué, muchas vacas que arreglar en la cabaña? Le preguntamos al meracho. Quiá, alguna hay, ya no quedan...
Pues eso, que ni sí ni que no, sino todo lo contrario.
Será la última vivienda con los rasgos de cabaña que veamos. Empezamos a perder altitud.
Y pasamos de la austeridad a la casi ostentación. Esles, Llerana, Saro y en general el Valle de Cayón, cuenta con numerosas casonas y palacetes.
Despedimos la jornada con la sensación de visitar lugares únicos por los que el tiempo no ha pasado.







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