viernes, 14 de febrero de 2020

ARTE RUPESTRE, PRADERAS Y CASTILLOS.

Una interesante excursión por terreno ya conocido por estos cicloruteros, si bien siempre hay cosas nuevas por descubrir.
 Al fondo el pueblo de Ruanales (Valderredible), motivo principal de esta ruta.
 Pero antes de salir hacemos tiempo en una cantina con la esperanza de que despeje un poco la fría niebla, aprovechamos para desayunar , que los pedales no se dan solos.
 Con el estómago saciado ponemos rumbo a Montejo de Bricia, la niebla sigue en sus trece.
 Y desde Montejo al Abrigo del Cubular en Ruanales.
 Habíamos oído hablar de estas pinturas rupestres pero no había surgido la ocasión de visitar la cueva y observar en directo este llamado arte esquemático.
 Tampoco conocíamos el Ídolo de Ruanales, petroglifo situado en las cercanías del pueblo, hendidura en forma de V invertida y figura pisciforme. Los profanos nos conformamos con acercarnos al lugar, verlo in situ y acaso leer algo sobre el tema. 
 Como ya es norma en la comarca, la mayoría de los pueblos están con muy poca gente
 y alguno vacío por completo.
 Iglesia de Soto de Rucandio.
 Entre sonidos de campanos y trinos de pajarillos llegamos al fielato de Quintanilla donde echaremos un trago para afrontar la subida a Carrales.
 Iglesia de Bezana que junto a las de Montoto y Virtus, forman un interesante trío de pequeñas iglesias románicas de Valdebezana.
 Entre el Puerto de Carrales y el Puerto del Escudo se extienden fértiles praderas.
 Ocupadas por vacas, y alguna yegua hispano-bretona como las de la foto. También la cigüeñas han hecho su aparición por aquí.
Pinturas rupestres, grabados petroglifos, iglesias románicas y hasta un castillo. Todo ello ocupando un espacio mixto de praderas y bosques y salpicado por pequeños pueblos muy próximos unos de otros.
Por poner algún pero, la fría niebla de la mañana que nos obliga a perder altitud Escudo abajo hasta encontrar un lugar más cálido donde comer y apretar un poco a nuestra querida BOTA.

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