viernes, 29 de noviembre de 2019

MONTAÑA PALENTINA. REBANAL DE LAS LLANTAS.

Aprovechamos la bonanza del día después de un noviembre oscuro y lluvioso para realizar una interesante y pedagógica excursión por la querida comarca de la Montaña Palentina.
Empezaremos viendo esta pequeña manada de bisontes que se encuentran próximos al pueblo de San Cebrián de Mudá.

Viven en una finca de 24 hectáreas en la cual campan a sus anchas alimentándose de lo que el terreno ofrece más la ayuda de sus cuidadores en forma de hierba y pienso.
La siguiente parada la realizamos en la población de Rebanal de las Llantas.
Y desde el pueblo una interesante excursión hasta El Castro.
Las curvas de nivel nos ayudan a visualizar el emplazamiento de  lo que fue un pequeño poblado fortificado.
Caminamos por lo que fue la primera línea de muralla, de hasta tres metros de ancha por otros tantos de alta, más su correspondiente empalizada.
Ahora estamos en la segunda línea de muralla. El guía nos lo pone tan fácil que somos capaces de visualizar cómo podía ser la vida de aquellas gentes.
Después de comer en la Ciudadela iniciamos de nuevo el descenso. Aquí podemos ver un derrumbe de muralla.
Todas estas explicaciones y otras muchas que no se reflejan son gentileza de Manolo, experto y apasionado historiador y  arqueólogo.
Los integrantes de la mesnada atravesamos el puente en busca del nacedero de la Fuente Deshondonada.
El abundante acuífero no queda lejos del Castro, como no puede ser de otra manera.
Llegamos a la surgencia y hacemos la foto entre arbustos, muérdago y esa bonita flor de la  que desconocemos su nombre.
(Puede ser boj bonete de cura)



De nuevo en Rebanal con la idea de poder visitar el interior de la iglesia para contemplar la más hermosa pila bautismal del románico palentino, sobre la cual se han escrito numerosos estudios.
El pueblo está vacío, no podemos localizar al guardián de la llave del templo. Nos queda el consuelo de internet y la visita virtual.


Nos acercamos al parador de Cervera para disfrutar de estas maravillosas vistas del Pico Espigüete y del Curavacas desde su terraza.

De paso tomamos la cerveza de fin de ruta y vamos organizando la siguiente.

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