Un año más nos animamos a subir el Desfiladero de la Hermida corriendo. Son 28.5 km. de ascenso desde el pueblo asturiano de Panes, al cántabro, y capital de la comarca de Liébana, Potes.
Algunos ya habíamos colgado las zapatillas, en lo que a grandes esfuerzos físicos se refiere. Los años van pasando factura y los consejos de los mayores van en el sentido del reposo activo y el de guardar fuerzas para más adelante. Uno se debate entre escucharlos y seguirlos, o, hacer caso omiso e ir tirando.
En cualquier caso, nos damos por satisfechos por haber salido con ánimos y haber llegado, como siempre, pensando que nunca más, que vaya paliza, pero al fin y al cabo, haber llegado.
Pero la mayor satisfación es que esta vez nos han acompañado los hijos, la edad ya les deja participar en el evento y cierto que dejaron el pabellón bien alto. Sólo nos queda sentirnos orgullosos y darles la enhorabuena, se lo merecen. Como dato curioso, salvo error, han sido los más jóvenes de los casi seiscientos participantes.
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