viernes, 11 de diciembre de 2009

LA VENTA AMBULANTE Y EL CORREO




VITORIANO Y PEPÍN

Antes de la existencia de las llamadas "grandes superficies", del correo electrónico y de las redes sociales actuales, también había vida en el planeta. Incluso antes de la venta por internet y del chat había toda una serie de transaciones comerciales y transmisión de noticias; ha cambiado el soporte, ahora escribimos en el blog lo que antes contaban los abuelos a hijos y nietos, pero esto no es suficiente, buena parte de las costumbres y cultura transmitida de forma oral se perderá.
Solamente han pasado cuarenta años desde la siguiente historia hasta la fecha de hoy. ¡¡Increible!!
.Del método mas rudimentario de venta ambulante que recuerdo están las colcheras, creo que portuguesas, venían por el pueblo con una gran colcha unida por sus cuatro vértices, llena de telas varias, mantelerías, ropa de cama, paños etc. la cual portaban sobre sus cabezas.Había toque de queda para las gallinas pues se decía que tenían más peligro que el milano. El siguiente en orden cronológico de recuerdos era un personaje de lo más pintoresco, conocido como el quincallero, Eladio el gallego, transportaba la quincalla en un gran burro blaco con sus alforjas, formadas por múltiples habitáculos entre los que recuerdo perfectamente una fila de pequeños cajones donde tenía los más diversos hilos, agujas, botones y demás mercaderías; aunque lo más interesante era lo que no estaba a la vista, monedas, oro, plata, incluso preservativos. Otro personaje que se buscaba la vida por los pueblos era el relojero, en este caso de Ruerrero, vendía y sobre todo arreglaba los antiguos relojes de pared que había en muchas casas.
En noviembre, por San Andrés, no faltaba la visita de la furgoneta azul del pementonero de Los Carabeos, vendía todos los productos necesarios para la matanza además de toda clase de cacharrería imaginable para una casa, incluidos los orinales de loza y latón. Del pescado se encargaba Amador "narices" ¡qué bueno el chicharro al horno con su ajo, perejil y cubierto de patatas! y las chirlas con arroz blanco. Después de Amador vendrían otros con sus altavoces pregonando los pescados y con su música a todo volumen.
El rey de las telas era sin duda "El Zamorano", aparcaba la DKV en la plaza y con la vara de medir en mano (para defenderse de los perros) iba casa por casa anunciando su presencia, finalizado el recorrido descargaba la mercancía y la exhibía a modo de escaparate.La bota bien llena , no menos de dos litros, pues el día era largo. Le hacía la competencia Nazario, pero era otro estilo.
Del vino se encargaban los de Calatayud, un gran camión cargado de cubas que descargaban con una mini grúa provista de manivela. En verano se bebía el clarete llamado "ojo de gallo" y en invierno el tinto, dos cubas al año de quince o veinte cántaras.
Y así podemos continuar con el pellejero, que también compraba la cera de las abejas, el colchonero-lanero, el pollero de Ciudad Real que pregonaba pollitas ponedoras y pollitos de engorde, los chatarreros, el manzanero de Valdivielso con sus reinetas y diputación, el de las cerezas de Caderechas, ultramarinos "el clavel" todos los miércoles, el "tempranilo" de Arija, y dos o tres panaderos haciéndose feroz competencia.Venancio y Josefina repartían con su citroen 2CV carne de oveja y cordero; de gran importancia ha sido la cantina-tienda de Isaac en Montejo. También pasaron por aquí el cobrador de los cupones y Liano y Marcial, fieles apuntadores del contador de la luz de La Electra Pasiega, el primero nos vendía la asistencia sanitaria y la pensión y los segundos la electricidad.
Del correo se encargaba diariamente Vitoriano, con su preciosa Moto-Guzzi roja , documentación en la maneta del manillar, cuenta km. en el foco y caja de herramientas bajo el sillín.Cuando la Guzzi funcionaba venía el cartero montado en ella y a buena hora, en caso contrario, venía más tarde apoyado sobre su manillar. Portaba su gran bandolera de cuero llena de cartas y recados de la botica (por una propina). Su visita era casi diaria, había mucha familia fuera, se recibían cartas de Bilbao, Madrid, y del "extranjero", París, Nueva York, Canadá etc. éstas en sobres muy finos con ribete en rojo y azul y matasellos AIR MAIL y sobre todo sellos distintos a los del busto del Caudillo. Enseguida se "ponían unas letras" a las cartas debidas. También se recibían mensualmente El Promotor y La Hoja de Montesclaros. A Vitoriano le sustituía excepcionalmente Bernabé o Pepín.
El hecho de incluir en la misma historia a los vendedores y al cartero se debe a que los dos fueron los principales canales de las noticias que se producían en la comarca o fuera de ella, se viaja muy poco, hay pocos coches y menos televisiones, sólo la radio negra de calamina y antena en espiral que recorre el techo de la cocina, por tanto ambos cumplieron esa función de informar tan importante casi como la de proveer de alimentos y mercancías.
¡¡Y fue tan sólo hace cuarenta años!!








5 comentarios:

luis dijo...

Me parece ver a Fernando Fernán Gómez, José Sacristán y Agustín González en "Un viaje a ninguna parte".Frío, abrigos de lana, solapas anchas, sombreros de fieltro. Chico, tienes la virtud de hacerme viajar en el tiempo.

alfonso dijo...

Siempre la realidad supera a la ficción.

Maite dijo...

¡ Quien me lo iba a decir a mí! Un amigo al que conozco desde hace un rato laaargo... me tenía esta grata sorpresa guardada en el baúl.
De aquí al estrellato!!.Me pido ser la manager.
Que ilusión, me recuerdas a mis abuelos paternos cuando me contaban con todo lujo de detalles todas estas maravillosas cosas y las cosas que se hacían en los pueblos. Entre ellos el suyo "Martorell".
Lo único que yo he vivido con ellos es el recoger las frutas de los árboles con una cacho escalera que daba miedo verla y prepararla para venderla. Recoger los huevos de las gallinitas y lo mismo. El engorde de los conejos los cuales una vez preparados para la venta, los mataba mi gran abuela. Lo más divertido era ir por las casas y ofrecer la vianda. Contaría más cosas pero de momento lo voy a dejar aquí. ¡Qué bien lo pasabamos!. Haber si por tu culpa se me va a caer la lagrimita a mí recordando a mis queridos abuelis.
¡¡¡Qué bonito compi!!!!

Rosa dijo...

Fonsi, leyendo esto, imagino tus grandes ojos de niño de siete u ocho años mirando sin pestañar y guardando todos los datos e imágenes en lo que ahora llamaríamos "disco duro"....
... porque ¡anda que recordar con tal detalle el equipamiento de la moto de Vitoriano!!!!!!!!!!

¡¡Excelente!!

Rober dijo...

Bueno, Alfonso, cuando hagamos el "Cuéntame Rural" te nombraremos guionista oficial, o mejor aún , el hijo de Imanol Arias en la serie.