El día inmejorable, parece que barrunta la primavera. No fiarse que da nieve para dentro de dos días. Seguimos en febrero. Dia 21, se celebraba hace años el día de la guareta.
Pasado el Reventón (el nombre hará alusión al ingente esfuerzo que parejas de vacas o yuntas de bueyes hacían para acarrear la leña, traviesas o apeas desde el Monte Hijedo), nos metemos en el fondo turbiego de Pinadero.
La miel fue de vital importancia en otros tiempos. En el Catastro de Ensenada 1752, se declaran en Santa Gadea 171 colmenas, que serían muchas más, dado que el que preguntaba era de "Hacienda". La miel se medía en azumbres, y la cera en libras.
Un sendero casi cerrado nos permite salir del fondo de Pinadero y asomarnos a Orcacía. Sendero no apto para pantalón corto. Entre árgomas, escobas y brezos se acabará tapando.
La bajada es cómoda, llegamos a las ánimas, se supone que es el camino antiguo al Monte Hijedo, al Santuario de Montesclaros y a los pueblos de Los Riconchos.
El caminante, a pesar de estar muy tocado de los meniscos, intenta una genuflexión y acaso una oración a las ánimas.
Ya parece más relajado, y es que el rezo siempre da Paz.José Antonio, también tocado de las rodillas, se queda en casa cuidando de la lumbre, necesitamos el horno bien caliente para que el arroz quede en su punto, con doble de caldo y 20 minutos. Así fue. Quedó estupendo.
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