Para llegar a esta breniza antes hemos tenido que superar otra de menor altitud.
Callejos y saltaderos forman la infraestructura urbanística de los cabañales.
Buen lugar para comer, con la vista puesta en San Pedro del Romeral.
Hemos cruzado perpendicularmente el Túnel de la Engaña. Desde aquí vemos la salida norte de dicho túnel.
No nos cansamos de admirar este peculiar paisaje, todos los tonos de verde imaginables, los profundos valles y esas sinuosas carreteras que los surcan.
El día ha sido intenso, la excursión exigente, la recompensa una cerveza en la Vega de Pas, un helado artesano en el valle de Toranzo y aun en la Cantabria Infinita, nos dará tiempo de ver la puesta de sol sobre el Cantábrico, a la altura del Faro de Cabo Mayor.
1 comentario:
Espectacular espectacular gracias chicos
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