Hablando de paredes, buen ejemplo de pared pasiega recien construida. Tiene su ciencia poner en pie dicha pared y buena visión espacial para casar las piedras.
Tenemos una buena vista de la hoya de Resconorio, al fondo el pequeño casco urbano. Nosotros subimos por La Blanca y giraremos a la izquierda hasta llegarnos a Carrascal.
Por el camino vamos dejando bellas estampas. Bonitas cabañas con su azul añil en puertas y ventanas, otras recien restauradas, y mucho arbolado, robles, hayas, fresnos, acebos y avellanos.
A medida que ganamos altura las cabañas aparecen más aisladas. La de la foto presenta una bonita escalera semicircular y la típica tranca en la puerta que impide que el fuerte viento la abra.
Creo que es un sitio muy especial para hacer una larga parada y vaciar mochila y bota. Estamos en Carrascal.
Imagino que ambos edificios se hayen infrautilizados por falta de feligreses y niños.
Después del largo paseo, transitar por alguna calleja y saltar alguna pared por su correspondiente saltadero, llegamos de nuevo al pueblo.
En ningún pueblo se concentran tantos tejos junto a las viviendas.
Pasamos el resto de la tarde en la Taberna de Fredo, cerca de la chimenea, que ha enfriado. Mucho peligro tiene la tertulia cerca del fuego y de la barra.
Si hubiéramos venido a caballo posaríamos la brida en la argolla de la reja de la ventana. Como hemos traido coche, el chófer castigado sin beber.
Seguiremos visitando Resconorio.
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