domingo, 15 de agosto de 2021

CUANDO UN MONTE SE QUEMA ALGO SUYO SE QUEMA.

Sigue estando vigente el eslogan del conejo bombero para concienciar contra los incendios forestales. Más que nunca.
En plena ola de calor dar un paseo por el interior de un frondoso bosque caducifoleo es un privilegio.
Un inmenso  baño de bosque recibiremos. Los japoneses dicen que para que sea efectivo, el bosque ha de estar consolidado, formado por árboles antiguos de gran porte.

Como el haya de 33 m de altura y casi cuatro de circunferencia. Inmensa. Catalogada como árbol singular.
O el gran roble tumbado y resucitado.
Que adquiere formas monstruosas.
Todo el sendero es un espectáculo.
Cada tronco...
Cada cepa...
Cada raíz....forman un minúsculo ecosistema en el conviven otras especies.
Alguno, quizás ya influido por los aceites volátiles que desprende el arbolado, quieren ver la escena del Rey León en este claro del bosque.
Pero, afortunadamente, no se trata de un decorado. Es el inmenso Bosque de Saja, y esta ruta es conocida como la de los Puentes de Ucieda.
 Botas, una vara de avellano, y un tentempié  en la mochila, bastarán para recorrerla. 15 km y cada uno que se dé la prisa que quiera.
Nosotros la hicinos en algo menos de cinco horas,  teníamos reservado pesebre en Casa Fito de Ucieda y nos gusta la puntualidad. 
No digo nada, ahí lo dejo....






















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