viernes, 30 de marzo de 2018

RAQUETAS POR LAS MONTAÑAS DE MIERA.

 Toda ruta de nieve ha de empezar dejando los vehículos bien aparcados, sin estorbar a otros coches o lugareños. Aunque haya que tirar de pala.
 Quizás con esta ruta de últimos de marzo demos carpetazo al invierno, de momento vamos a disfrutarla.
 Incomparables estos lugares de la comarca del Miera. Asombroso es echar la vista atrás e imaginarnos la repoblación de estos recónditos parajes, el aprovechamiento del suelo mediante la finca y la cabaña en  sitios con difícil acceso.
 Un futuro incierto imagino que le espera  a este secular modo de vida. De hecho, es más real hablar ya de pasado.
 Estamos atravesando las cabañas de Astragos, hasta la toponimia resulta un misterio. Puede derivar quizás de estrado (tarima, sitio alto), especulando...
 Vamos avanzando a ver si el día se anima y hace acto de presencia el sol.
 Pues tenemos suerte, sol y escaso viento, menos mal. Hemos dejado atrás el Collado de Ocijo. Dos intrépidos acompañantes se desvían con sus esquís de travesía hasta el alto del Coterón.
 Nosotros seguimos rumbo a los Picones de Sopeña.
 Y llegaremos al Pico del Haya.
 Para bajar por el hayedo por lo que parece el cauce de un torrente pero con mucha nieve, lo que nos permite el descenso cómodo con las raquetas.
 En las cabañas de Ocijo tomaremos el bocadillo y unos apretones de la bota.
 Para continuar por el Hayedo de la Zamina donde hemos de atravesar este precioso lapiaz.
 Hemos finalizado otra preciosa ruta montañera por tierras cántabras, inagotables los diversos recursos que tenemos para disfrutar de actividades al aire libre. Que nos respete la salud y sigamos con ganas de salir de las zonas de confort.
Noventa y cinco años años de historia tiene la cantina/estanco de Rubalcaba donde tomamos la cerveza de fin de ruta. Parece que el botero se ha quedado traspuesto..

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