Marzo ventoso y abril lluvioso, sacan a mayo florido y hermoso.
Viento no nos ha faltado en la jornada de hoy, aunque la elección ha sido acertada, ninguna cumbre. Hemos caminado a los pies de la Sierra de Peña Sagra, y ha sido esta Sierra la que nos ha protegido del molesto suroeste.
Bien es cierto que el motivo de la excursión era precisamente el de tomar el aire, disfrutar de la charla y sobre todo de los silencios.
El Cornón de Peña Sagra testigo de nuestros pensamientos.
Los negativos los mandamos torrente abajo.
Buena pateada, veinte km de travesía circular saliendo del pueblo de San Sebastián de Garabandal.
En el Collado de Abellán no hay quién pare, sólo los caballos aguantan la ventolera.
Aprendiéndose el nombre de las principales cumbres de la Sierra.
Cuatro horas de caminata más una de avituallamiento y llegamos al pueblo.
Una muestra de arquitectura popular, piedra, madera, la solana, la leña debajo de la solana y el perro guardián aselado en el patín de la escalera.
La cantina más próxima la encontramos en el pueblo de Luey, de 1951. Un brindis y hasta otro día.
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