Jornada de raquetas de nieve por la comarca pasiega del norte burgalés, próxima al Puerto de Lunada.
Parece que va cabizbajo el caminante, quizás el madrugón junto con el frío y la grisura de la mañana no dan para muchas alegrías.
Poco a poco nos iremos animando, con los primeros pasos ya entramos en calor.
El paisaje es deslumbrante, el silencio sobrecogedor, y el imaginario camino se hace muy llevadero, muy apropiado para esta actividad de raquetas, sin pendientes exigentes y sin complicaciones técnicas. Para disfrutar.
Las típicas cabañas pasiegas junto con la nieve y los pelados fresnos ofrecen al senderista auténticas postales.
Por fin se decide el Astro Rey a hacer su aparición potenciando la belleza del lugar.
Sin duda el sol es vida y es alegría.
Tenemos compañía, pero estos van con turbo.
Nosotros somos de poco a poco que hay que hacer fotos para mostrar a los que se quedaron en casa.
Un amigo muy conocedor de la zona dice que le gusta tanto o más que Alpes y Dolomitas y conoce ambos lugares.
La nieve marca las pequeñas dolinas que salpican el terreno.
Esta era la culpable de que al final tuviéramos que volver a la escuela después de varios días aislados por la nevada. Parece un juguete pero a esa especie de hélice de la parte trasera no había nevero que se la resistiera. Ahora se expone a las afueras de Espinosa de los Monteros como un homenaje a su heroica labor.
Fue mi bisabuela quien inició el negocio, nos informa el actual dueño, que menuda txapela se gasta. Estamos en la cantina de Lanestosa, Vizcaya, ya de vuelta para casa. Conocida como el Arca de Noé, o también como el Corte Inglés. No se la pierdan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario