Hace tiempo, tiempo, que un botero propuso subir con las bicis a los lagos de Covadonga, y dada su insistencia pues nos animamos a realizar la gesta, no es moco de pavo ascender a pedales los doce km que separan la basílica de Covadonga de los mencionados lagos.
Pero como querer es poder, pues ni cortos ni perezosos, y motivados por la fabada que nos esperaba de premio, decidimos que un martes podía ser un día perfecto para realizar la ascensión.
Lo de martes es porque esperábamos menos tráfico, vaya, regular, subieron varios taxis furgonetas y otros tantos turismos. Rafa llega al límite de fuerzas al final de la huesera, menos mal que ahí hacemos una parada y sacamos la bota y el termo, por eso su cara de satisfacción.
Ni la anunciada ciclogénesis nos desanimó para hacer la ruta, cierto que tuvimos suerte, pero solo nos atrevimos a llegar al primer lago, el viento arrecia de tal manera que seguir supone un riesgo innecesario, nos tira literalmente de las bicis y sigue habiendo tráfico.
Solo los veinte años de los dos jóvenes desprovistos de todo miedo alcanzan el segundo de los lagos.
La foto de llegada plasma la felicidad por el reto conseguido y la ausencia de accidentes tanto en la esforzada subida como en la arriesgada bajada .
Ahora si que podemos disfrutar en compañía de nuestras familias de esa rica fabada en casa Morán de Benia de Onís.
https://www.youtube.com/watch?v=UCF9oHXhDMU
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