Con la esperanza de disfrutar de una agradable jornada de primavera entre los pequeños pero muy cercanos pueblos de esta parte de Las Merindades, nos ponemos en marcha desde la localidad de Higón, en el Alfoz de Santa Gadea.
No tenemos demasiada suerte con el día, el viento sopla fresco del norte y las nubes un poco bajas, de vez en cuando traen agua. Y hablando de agua, está el pantano a rebosar, unos pocos centímetros le restan para alcanzar el lleno. Las praderías muestran su variado colorido, el hayedo también ha cerrado, no así los robles que aún no han despertado. No podía faltar la alusión a las pequeñas iglesias románicas que vamos encontrando, San Vicente de Villamezán, Herbosa, San Román, Bezana, Montoto, Quintanilla Rucandio. Tambien un pequeño altar que acaban de preparar dos señoras de Soncillo con motivo de la Octava del Corpus. La comarca se dedica casi en su totalidad a la ganadería, apenas se ven sembrados de centeno o patatas. Vacas, caballos y pequeños huertos próximos a las viviendas. Las bajas temperaturas del mes de mayo han hecho que la hierba esté aún pendiente del calor del mes de San Juan para alcanzar la altura y madurez suficientes para su siega. El hayedo de Carrales es una maravilla visual. Los últimos km del recorrido nos internan en la vecina Cantabria, los dos pequeños núcleos que atravesamos son Quintanilla de Rucandio y Allén del Hoyo, en el pico nororiental de Valderredible. Cruzamos Montejo de Bricia y en un km de bajada estamos de nuevo en Higón. Comemos el bocadillo al calor de la lumbre y tomamos café y chupito de escaramujo para espantar el destemple. http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=4601558 |
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