EL ROBLE DEL SESTEADERO

Quercus Robur. Localidad: Higón, Burgos. Diámetro 210. Altura 13 m. Foto de Roberto C. Todo cambia, nada permanece; decía aquel filósofo griego. Pues Sr. Heráclito, El Roble del Sesteadero no cambia, permanece por los años y los años con su tronco hueco y su grandiosa copa.

Mi padre envejece y El Roble permanece, mis hijos crecen y El Roble permanece, yo cambio y El Roble permanece.

Siempre que se presenta la ocasión me gusta acercarme y acariciar su tosca y agrietada corteza, dar una vuelta en redondo, observarlo desde lejos, desde cerca, y emular los juegos de cuando era niño y gustaba de cruzar su tronco de atrás hacia adelante y viceversa, comprobando ahora que cada vez le cuesta más a uno agacharse.

También El Roble es un buen escuchante si tienes algo que contarle, será tu confidente y hasta tu psicólogo. Si sopla el Norte te podrás poner a su socallo y se hace sol te regalará sombra.

Volviendo con la filosofía, si aquellos cuatro elementos principales eran el aire, el agua, el fuego y la tierra, a mi me gusta añadir la madera; y la madera para nosotros siempre ha sido la de roble, de roble y cortada en buena luna.

Siempre estuvo vinculado El Roble a las labores del pastoreo, de ahí su apellido "Del Sesteadero", donde descansaban los pastores y sesteaban los rebaños después de haber pacido.

Está incluído desde el año 2006 en el "Catálogo de especímenes vegetales de singular relevancia de Castilla y León" y desde hace generaciones y generaciones cada uno a su manera ha respetado, venerado y querido al Roble del Sesteadero.