viernes, 3 de noviembre de 2023

BELLUM, BELLI. ALTO DEL ROBADOIRO.

Continuamos nuestro periplo por los diversos escenarios donde la historia, la leyenda y los estudios arqueológicos, sitúan algunos de los más importantes campamentos y fortificaciones romanos, que sirvieron para el control y sometimiento definitivo de los pueblos aborígenes.
El control visual del Alto del Robadoiro, situado a caballo entre León y Cantabria, sería el principal motivo para elegir tan hostil emplazamiento.
Al fondo Pico Curavacas, en frente, Peña Prieta.
Desde el Puerto de San Glorio nos separan 600 m. de desnivel hasta el Alto, que sumados al fuerte viento hacen dificultosa la travesía.
Encima te cargan con la antena para el wifi.
Las campañas bélicas, como nos explica Manolo, sólo se desarrollan en verano. Por muy romano que seas no se sobrevive a 2219 m. en invierno.
El propio Augusto, visto el panorama decide marchar a Tarraco, en busca de mejor clima.
Quizás no contaba con un reportero-porteador de la raza de Roberto.
Pero el Jefe es el jefe,  hizo venir a un subordinado, fajado en la guerrilla de montaña, para hacerse cargo de estos rebeldes.
Los mismos materiales de la derrumbada fortificacion sirvieron para levantar una trinchera y parapetos en la reciente guerra. Muro que aprovecha el caminante para sentarse y bajar pulsaciones.
El recinto fortificado de unos 2000 metros cuadrados contaba con tres muros y otra parte que daba al precipicio, así como un acceso en clavícula.
Con el día perro que estaba y la escocesa quiso conquistar Peña Prieta.
Un sexto sentido, la niebla y la lluvia la debieron convencer de que no era la mejor idea.
Dejamos el campamento romano en las alturas y bajamos a comer a la Vega del Naranco.
Con esta selección de quesos, gamoneo, tresviso y villarías, damos por finalizada la ruta.


 

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