El paisaje es espectacular. Formaciones rocosas de las más diversas formas. Aquí los Castros de Horneo.
Y al otro lado Los Campanarios.
Y bellos miradores que invitan al descanso.
Para no desentonar con el paisaje, la iglesia de Arredondo imita el color de la roca y la torre circular y exenta quiere llegar tan alto como los mismos picos.
Ya de regreso es obligada la parada en el Puerto de Alisas, buen mirador a la costa y a la montaña. Buen día.
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