Agradable mañana de paseo recorriendo la histórica Villa de Santillana del Mar, las mieses aledañas y los acantilados y playas de alrededores.
Famosa Villa gracias a las pinturas rupestres que albergan sus cuevas cuyo protagonista es el bisonte.
Recorremos una de las calles principales, aún no cuenta con muchos turistas dado lo temprano de la hora.
Y alcanzamos el edificio más importante del pueblo, La Colegiata.
Pero hay otros muchos, cada casa es un edificio singular.
Aunque se denomine del Mar, Santillana no tiene mar. Pero no está lejos, y para llegar a él pasamos por extensas praderías, sin necesidad de coger el avión y plantarnos en Escocia.
El litoral es realmente espectacular.
Playa del Sable.
Escenarios de película.
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| Playa de Santa Justa. |
Típica construcción de vivienda de la comarca. Con limonero incluido.
Bello rincón.
Y de nuevo volvemos a Santillana que parece que se nos ha abierto el apetito y tenemos un rico queso ( La Sobanuca) en el zurrón y un clarete en la bota pidiendo a gritos meterlo mano.
Nos despedimos del bisonte de Altamira de hace 13000 años que sin inmutarse se deja acariciar por el ciclista.
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