jueves, 21 de febrero de 2019

EN FEBRERO BUSCA LA SOMBRA EL PERRO.

Casi tres meses sin coger la bici, ya está bien, ya está bien. Ha tenido que ser un potente anticiclón acompañado de buen tiempo el que nos saque de la cueva.
 Con todo lo que nos queda por ver y disfrutar en este territorio cántabro que nunca se acaba.
 Construcciones muy pero que muy antiguas y con los días y usos contados.
 Sólo unos pocos valientes aguantan ese ancestral modo de supervivencia económica.
 Un privilegio poder aún disfrutar de la vista al pastoreo.
 La tudanca nos mira como si el mismo tren fuéramos.
 Al fondo San Vicente del Monte a las faldas de la Sierra del Escudo.
 Ya están naciendo los primeros jatos.
 Con permiso de los mastines cruzamos el caserío.
 Un poco de arquitectura religiosa no puede faltar en la ruta.
Y tampoco una cerveza en una antigua cantina aunque haya sido restaurada. Casa Segis, en Carrejo, Valle de Cabuérniga.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy bonita ruta, como todas las vuestras. Gracias por compartirlo con los que no nos movemos de casa.