Ya mediado el otoño el día se presta a dar un paseo aunque amenace lluvia. No son misiles ni drones con explosivos.
Elegimos dos de los pueblos altos de Valderredible. Arantiones y Quintanasolmo.
Contacto con la naturaleza, buena medicina para el cuerpo... y para el alma.
El bosque engulle lo que va quedando del poblado.
En vez de sombrero se aconseja casco.
El olvido se va adueñando de Quintanasolmo.
Está resultando una agradable mañana. El sol asoma y la temperatura no es mala.
Un rincón protegido y soleado ha sido elegido para poner el viñedo.
Después del paseo viene la recompensa.
Cocido montañés con receta heredada y bien aprendida.
Buena alubia, berza, y como sacramentos la morcilla y el chorizo, la papada y la costilla.
Insuperable.
Después de la siesta visita obligada a la iglesia...