Haciendo honor a tal celebración cogemos las máquinas y pasamos la mañana al aire.
Aire que mece los trigos aumentando la belleza del paisaje.
Distintos verdes, rojos de amapolas, algún marrón de tierras recién aradas..., una preciosa paleta.
Recorremos parte del Valle de la Ojeda, norte palentino.
Tomamos la salida en el mismo monasterio de San Andrés de Arroyo.
En otras ocasiones ya lo hemos visitado, incluído su fabuloso claustro.
No llegamos a tiempo para comprar las pastas de las monjas. Otra vez será.
Arboleda de entrada a Santa Eufemia de Cozuelos.
Bello ejemplo del románico palentino.
Ermita de San Pelayo. Año 1076.
"Surco de amor es mi vida, vida y amor mi cosecha."
Menos poético que lo anterior, pero es nuestra gasolina.
Amenaza lluvia pero el madrugón nos salva.
Que el día mundial de la bici se repita por muchos otros días.