viernes, 30 de noviembre de 2018

PEÑAS ARRIBA. VALLE DE POLACIONES. CANTABRIA BTT.

Hoy visitamos el Valle de Polaciones. Hace tiempo que lo teníamos en la mochila pero no acababa de cuajar. Quizás la lejanía, la búsqueda de un día soleado o cualquier otra disculpa han hecho que el viaje se demorara.
 La presa del embalse de La Cohilla parece que nos cierra el paso al Valle, pero una sinuosa y costosa carretera nos permite el acceso.
 Con el primer lugareño que nos encontramos es con el archiconocido Miguel Angel Revilla, oriundo de este Valle.
 La manada de tudancas interrumpen por un momento su actividad para observar a los ciclistas.
 Dos impresionantes casonas nos salen al paso en Puente Pumar.
 Llegando a Uznayo impresiona la Sierra de Peña Labra con sus nevadas cumbres. En el centro el que ellos llaman Pico Mediodía.
 Este precioso alazán es el jefe de la yeguada que pasta y corretea por la pradera.
 Una arquitectura popular muy cuidada, solanas, aleros y muros de sillería o mampostería. La leña, bien apilada y cerca de la cocina.
No es fácil recorrer los caminos en bici, hemos de superar pendientes considerables.
 El invernal es otra de las típicas construcciones donde, como su nombre indica, pasarán las vacas el invierno.
 El ciclista se queda ensimismado observando el acebo repleto de sus típicos frutos rojos.
 Tenemos la suerte de pasar un rato en una auténtica cocina con mesa perezosa, hogar de leña bajo la encimera y suelo de lastras para que no se queme la casa con algún tizón que se salga de su sitio. Un privilegio.
 La cocina está en Tresabuela, interesante conjunto.
 Antes de la existencia de las redes sociales el campanillo servía para avisar de la suelta de ganados, de reunión en el concejo, de un incendio o incluso de la hora del Ángelus, que todo sirve.
 Peña Labra imponente desde cualquier punto del Valle.
 Subimos a Cotillos, uno de los pueblos más altos de Cantabria a 1143m.
 Altitud y despoblación suelen ir de la mano.
 No nos podemos resistir a degustar un sabroso cocido montañés y un estofado de venado en la cantina de Pejanda. Noventa años regentada por la familia Molleda.



No hay comentarios: