jueves, 27 de octubre de 2016

POR EL CONCEJO DE PONGA CON LA BICI.

De nuevo por Asturias y no será la última vez. Nunca defrauda. Nuestras bicis recorrerán parte del Concejo de Ponga, incluida su capital, San Juan de Beleño.
 Paisaje impresionante donde los haya, la bicicleta te permite disfrutar del recorrido atravesando los desfiladeros, subiendo las impresionante cuestas, esquivando las castañas, nueces y hayucos que van cayendo de los árboles, escuchando los arroyos y riachuelos. En definitiva, formamos un todo con el entorno. 
 El Sella, el Ponga y el Santagustia, cada uno de ellos con su correspondiente desfiladero, serán los tres ríos que bordean la ruta y el Parque natural del Ponga.
 Ninguna foto hace justicia a lo que nuestros ojos ven librados de cualquier objetivo, aun así, es la manera de que nos quede un pequeño recuerdo. Esto es Viego, población entre Puente Vidosa y San Juan de Beleño.
 El día no puede ser más apropiado, cielo limpio, buena temperatura y un visibilidad que nos permite disfrutar en este caso de las vistas a los Picos de Europa.
 La subida ha sido impresionante, cuerpo a tierra dice el ciclista cuando coronamos.
 Ha sido un puerto al que calificamos como de las tres PPP, prudencia, paciencia y perseverancia, incluso nosotros le añadimos una P más, parada. Parada para reponer fuerzas y tomar un buen queso de los Beyos y un vino en la cantina de Viego.
 El Pico Tiatordos aparece detrás de los boteros Luis y Sito, hace varios años también los mismos de hoy lo subimos andando acompañados de un perro mastín que se unió a la cordada. Nos ha hecho ilusión volver a ver dicho pico.
 Hemos dejado a nuestra izquierda el bosque de Peloño, precioso estaba el hayedo, en otra ocasión, si la hubiere, quizás volvamos, y sino, más tranquila estará la fauna, incluido algún urogallo que seguro que ronda por ahí. 
 En la cantina de beleño tomamos la caña acompañada de un poco de chorizo de jabalí.
.Y ponemos punto y final en Cangas de Onís donde degustamos fabada, arbeyos, escalopines al cabrales.... 

viernes, 21 de octubre de 2016

OTOÑO EN VALDERREDIBLE.

Una vez más, y no será la última, nuestras bicis ponen rumbo a esta comarca del sur de Cantabria, Valderredible. El otoño es una de las estaciones claves para disfrutar de la belleza de este Valle. Choperas, hayedos, escaramujos, mostajos y serbales, robles, espinos, y muchos otros árboles y arbustos nos ofrecen ese colorido característico de la época.




 La ruta parte de Castrillo de Valdelomar con la intencion de subir a La Lora cruzando el monte Ahedo.
 Las pequeñas iglesias románicas de los numerosos pueblos suponen un valioso patrimonio a mimar.
 También las otras iglesias, las rupestres, deben ser tenidas en cuenta como patrimonio valioso. Al lado de la espadaña de la foto está la de Santa María de Valverde, abierta al culto y a las visitas.
 Comenta Luis, que el monte Ahedo es el hayedo más meridiodinal de Cantabria, ahí queda el dato.
 No es La Toscana italiana, pero bien que puede parecerse.
 Con pausado pedaleo vamos ganando altura hasta alcanzar el Páramo de La Lora, no tenemos prisa, por eso hacemos nuestra la frase "solos iremos más rápidos, juntos llegaremos más lejos.
 No, no es el páramo lugar para solitarios, es frío, áspero, inhóspito se me antoja.
 En el chorco de los lobos hacemos la parada técnica, mejillones en escabeche, chorizo de ciervo, jamón y queso de Tresviso. La bota va y viene.

 Bajamos desde la Lora a encontrarnos con el Ebro en Villanuevade la Nía, desde aquí ponemos rumbo hacia varios pueblos matorrizos. Este es Rasgada de las Torres, bien orientado al sur, charlamos un rato con dos vecinos mientras cogemos agua de la fuente.
 Y este otro es Navamuel, iglesia y escuela merecen nuestra atención. Buenas vistas y buenos y purísimos aires se respiran. El siguiente será San Cristóbal del Monte.
Un paraiso para el pedaleo.
Después de varios kilómetros de subidas y bajadas, llegamos de nuevo a Castrillo. No puede faltar la visita a la iglesia, y aprovechamos para visitar la antigua cantina. Hemos llegado varios años tarde, pero aún así conocemos de su historia por boca de su dueña: fue cantina, tienda de ultramarinos y almacén de vinos, además de fonda. Tenemos también la suerte de ver el lugar casi tal cual estaba. y por supuesto, como en otras cantinas, la bolera se encontraba a su vera.
Un placer de jornada.
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=15198958

viernes, 7 de octubre de 2016

TARTA DE NUECES


El otoño empieza asomar, así que lo mejor es aprovechar para recoger los frutos de temporada y utilizarlos en la cocina. En este caso las nueces recién cogidas. Que decir de las sanísimas propiedades que nos aportan.

INGREDIENTES: Masa de hojalde o quebrada y nueces.
Crema pastelera:  50g mantequilla, 1/2l de leche, corteza de limón, 1 palito de canela, 3 yemas de huevo, 125g azúcar, 50g maicena.
ELABORACIÓN: Lo primero será extender sobre un molde la masa elegida. Echamos bien de garbanzos por encima para que no suba la masa mientras la tostamos. Introducimos en el horno a 170º aprox unos 15 min. Retiramos y reservamos.
Vamos a por la crema pastelera: 1-Ponemos en un cazo la mantequilla cuando esté derritida, añadimos la mitad de la leche, la corteza limón y la canela. Bajamos el fuego y lo dejamos hasta que hierva.
2-Mientras, en un cuenco añadimos las yemas, batimos, añadimos el azúcar y mezclamos muy bien . Añadimos la maicena y poco a poco vamos incorporando el resto de leche.
Retiramos la corteza y la canela del cazo y vamos añadiendo poco a poco la mezcla de los huevos. Removemos sin dejarlo hasta que veamos que espese sin que hierva. Dejamos que enfríe.
Una vez cascadas las nueces las colocamos en la bandeja del horno sobre papel aluminio unos 3 minutos a 170º, vigilando que no se quemen. Se tuestan enseguida.
PASO FINAL: Rellenamos la masa con la crema pastelera(debe estar fría). Añadimos las nueces tostada por encima.

Et voilà!!!!
Si la pinta es buena, el sabor está de muerte!!!!.
¿A quién no le apetece un caprichito de vez en cuando?..
P.D. Lo peor, cascar las nueces.

sábado, 1 de octubre de 2016

BOSQUE DE SECUOYAS Y MINAS DE UDÍAS.

Matutino paseo por el centro de Cantabria pasando por lugares como Monte Corona, antiguas minas de Udías o el pequeño rodal de secuoyas próximas al pueblo de Cabezón de la Sal. No faltaron las cantinas, elemento imprescindible de final de ruta.
 A primera hora de la mañana ya pasamos por el bien conservado pueblo de Ruiloba. El estilo de su iglesia le recordaba al compañero botero no sé que lugar de la vecina Francia.
 Después de rodar próximos a la costa nos internamos por escarpado paisaje, con poljé incluido, y con algún que otro pincho de zarzas y árgomas, hasta alcanzar la zona de minas. Blenda y zinc parece ser que se extraía de estos pozos.
 Dicho mineral era sacado por vías hasta su zona de carga. Como recuerdo quedan dos túneles y un acondicionado camino por donde discurría la vía.
 Sorprendentes las secuoyas, plantadas por los años cuarenta del pasado siglo, se llevarán por delante a varias generaciones si hacen gala de su afamada longevidad.
 No podemos pasar por alto la cantina La Gloria en el pueblo de Canales, bar tienda o La Tienda como es conocida en el lugar.
Sentimientos encontrados nos pasan por la cabeza, por un lado es una gozada tomarte un blanco solera y unos mejillones, por otra parte da la sensación de ser de los últimos blancos que se sirvan en su mostrador. El tiempo nos dará o quitará la razón.
Como no nos conformamos con uno solo, hacemos una segunda parada en El Resbalón de Novales, no se lo pierdan.