martes, 29 de diciembre de 2015

COMILLAS-SAN VICENTE DE LA BARQUERA-PRELLEZO.

Preciosa ruta por el agreste litoral del Cantábrico pasando por dos de las principales villas marineras de la provincia, Comillas y San Vicente de la Barquera.
No es esto un folletín turístico, prefiero narrar sensaciones, pero en el caso de Comillas las fotos hablan por sí mismas. Posee la Villa varios edificios singulares, el Capricho, el palacio de Sobrellano, la Pontificia, la iglesia, el cementerio, y varias casonas de singular belleza.
Pues todo lo anterior junto con el emplazamiento, su playa, y litoral en general, hacen que sea un lugar que los de la Bota no podíamos pasar por alto. 
Campo y mar van de la mano en el norte de nuestra Península, estas satisfechas vacas rumian el pasto, unas mirando a los Picos de Europa y otras al Parque Natural de Oyambre. Un lujo, sin ninguna duda.
Hemos dejado atrás la Ría de la Rabia y la salvaje playa de Oyambre, pedaleamos ahora por el arenal de más de dos km de la playa de Merón, en San Vicente de la Barquera. La bajamar nos permite este rodar por su apretado arenal sin que la rueda se hunda.
Y nosotros, al igual que antes las vacas, gozamos de este espectáculo, suave pedaleo por la arena y la vista en los más de dos mil quinientros metros de altitud del Naranjo de Bulnes, que justo está a la espalda del campanario de la iglesia de San Vicente.( Y Julio Iglesias en Miami.)
Después de recorrer las callejuelas de San Vicente, con blanco incluído, seguimos por el litoral en dirección a la vecina Asturias.
Pero lo pensamos mejor y echamos el ancla en Prellezo, damos una vuelta por su preciosa playa y nos vamos a comer el bocadillo al bar, así charlamos un rato con la parroquia y nos enteramos de cómo ha ido la campaña de extracción de la "ocla", esas algas que el mar  pone en la orilla pero que ellos tienen que subir a tierra con esfuerzo.

Y ya de vuelta a Comillas cogemos el vehículo y nos aproximamos hasta Novales en busca de la cantina del día. ¡Y vaya si la encontramos! El Resbalón, tienda-bar de las de siempre, con más de noventa años de historia. Un vino y un buen rato que pasamos admirando el local.
Que no nos falten las ganas de seguir descubriendo lugares  el año que viene, por éste ya estuvo bien. ¡¡Mucha salud!!

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