domingo, 13 de octubre de 2013

ORBANEJA DEL CASTILLO Y EL PÁRAMO.

Si en la época de nuestros antepasados se mencionaba Orbaneja del Castillo, era para relatarnos los viajes con el burro que hasta allí se realizaban en busca de cereal o legumbres. En concreto, dice Braulio, una cebada buenísima, cebada ladilla. Y como legumbre, las lentejas eran las protaganistas.

 Como si del último modelo de automóvil se tratara, se queda el ciclista prendado del carro de vacas pasado a mejor vida. Pero es que nos ha tocado vivir a caballo entre aquellos tiempos y los del turbo y la inyección, o los híbridos." Dos carros como éste llenos de patatas recogíamos en la Vega para pasar todo el año", dice el observador. Nosotros unos pocos más, para vender el excedente. 
 La fecha es propicia para recoger patatas, también frutos silvestres, en este caso son unas estupendas moras al lado de la iglesia de Santa María de Hito. Más adelante serán andrinas, alguna manzana  que la abundancia deja para los transeúntes, e incluso mostajas al lado del Ebro, que hacía tiempo no probaba y siempre me traen buen recuerdo.
LLegamos a Arroyuelos y hacemos una pequeña parada frente a la iglesia rupestre. Una de tantas de las que se encuentran diseminadas por varios pueblos de la zona.
 Bajamos al Ebro a la altura de San Martín de Elines y nos paramos un rato para contemplar la recogida de la patata. Venimos del páramo de Bricia y allí aún están verdes siendo de secano, éstas de regadío ya se recolectan. Se ha pasado de la azada a la máquina y a las cuadrillas recogiendo, y ahora a esta nueva cosechadora de patatas que evita el duro trabajo de agacharse a recoger una a una las patatas.
 Y como no puede ser de otra manera, nos acercamos hasta la colegiata. 
 Siguiendo el curso del Río Ebro, por un buen camino llegamos hasta Villaescusa, rebasándola hasta la central del Tobazo. Un pequeño y empinado sendero nos acerca a la base de la cascada del mismo nombre. No cae agua en esta fecha pero aún así el lugar merece la pena.
 El sendero nos llevará hasta Orbaneja del Castillo, pegados al río lo hacemos integramente montados en la bici, algún pequeño bache nos hará bajarnos de vez en cuando, pero en general es cómodo y digno de disfrutrar. Dentro de unos días estará en pleno cambio de otoño y será una maravilla su recorrido.
 El día es festivo y bien se nota nada más llegar a Orbaneja, pues la afluencia de turistas es notable .
 Si el pueblo está a rebosar el páramo está vacío. En otros tiempos sucedía al revés. El pueblo se quedaba vacío porque sus gentes estaban en el páramo trabajando las tierras.
Como así lo atestiguan la cantidad de chozos que allí se encuentran y que les servían como refugio tanto del sol como del frío. Peculiares construciones de cantos calizos, circulares y cuadrados y con el techo abovedado.
Atravesamos el páramo en dirección a Espinosa de Bricia, y entre pequeñas encinas y plantas de lavanda, como únicos acompañantes, el recuerdo sigue estando en el pasado y esos viajes de ida y vuelta que tantas veces oímos relatar a nuestra abuela, con el burro y las alforjas cargadas de lentejas, cebada o trigo para cocer.
http://es.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=5429554
 

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