De la variedad de especies que allí conviven destacan el roble albar, el haya, el acebo y el tejo. Sin olvidarnos de otra serie de árboles y arbustos, hongos, arándanos y un sinfín de especies, las cuales forman un todo y se enriquecen las unas a las otras.
Cabe destacar la abundancia de tejos dispersos por varios rincones del monte, algunos de tamaño y emplazamiento verdaderamente singular.
Una vez finalizado el paseo aun queda tiempo para recorrer las calles de Santa Gadea, visitar a los amigos de la casa rural El Rincón de Gadea,( su bien hacer permite que este puente tengan lleno total), y tomar la cervecita en el bar del pueblo.
Cabe destacar la abundancia de tejos dispersos por varios rincones del monte, algunos de tamaño y emplazamiento verdaderamente singular.
Sin duda este es el que más llama la atención por su longevidad y por su caprichosa eleción para vivir, encima de un gran peñasco y abrazándolo con sus raíces.
Muy cerca de la cabaña elegimos nuestro lugar para degustar la tortilla, los embutidos y el café con gotas. ¡Cómo sabe la comida en el monte!
Una vez finalizado el paseo aun queda tiempo para recorrer las calles de Santa Gadea, visitar a los amigos de la casa rural El Rincón de Gadea,( su bien hacer permite que este puente tengan lleno total), y tomar la cervecita en el bar del pueblo.