miércoles, 10 de agosto de 2011

TRESVISO

Desde que Elías viera por primera vez el famoso póster de la subida al pueblo de Tresviso desde Urdón, se le metió en la cabeza subir a dicho sitio. Así que dicho y hecho, vamos a celebrar su setenta y cinco cumpleaños, junto con los cuarenta y tantos de Roberto, con una fresquita botella de sidra asturiana y una ración de queso picón Bejes-Tresviso de primerísima calidad.


A Carlos con once años, todavía le quedan cuerda y caminos por recorrer, si tiene la suerte de gozar de la misma salud y forma que su tío Elías. Los setenta los celebró en el Kilimanjaro, a seismil y pico metros de altitud. También cuenta en su palmarés deportivo con tres marathones en New York; no obstante el palmarés humano aún supera al anterior.


El camino nos sorprende con curiosas formaciones como esta ventana natural a la cual no dudamos en trepar.
Primero era senda para uso de los habitantes de Tresviso, después se convertiría en camino para transporte de mineral, y actualmente montañeros y excursionistas en general transitan por él. Sea como sea, son más de 800 metros de desnivel a superar en una distancia de seis km.




Tenemos la suerte de tropezarnos con un biólogo del Parque Nacional, nosotros le invitamos a café, y él no se quedó corto en darnos todo tipo de explicaciones sobre fauna y flora, de lo que aparentemente, no es más que un inmenso pedregal.
Nos muestra, justo debajo de nuestros pies, estas tres especies, el clavel salvaje, que nos hace oler después de asegurarnos de que no tiene ninguna abeja, el orégano y el trevinto. Una excursión de lo más didáctica a la par que entretenida.


Fue dejar el pedregal, dar la curva y vistas a Tresviso, y el paisaje se torna como si estuviéramos en plena primavera, verdes prados cubiertos de hierba y flores.
Aquí encontramos fresca agua, llenamos las cantimploras y haciendo caso de Carlos echamos un buen trago, pues su abuela le tiene dicho que "quién va a la fuente y no bebe, burro va y burro vuelve".


Después del largo y costoso paseo llegamos a "tras el abismo", o lo que es lo mismo Tresviso, para nada se encuentra el pueblo vacío, estamos en agosto y ha salido un espectacular día para caminar por estos lugares. Los caminantes llegados de Urdón más los turistas que desde Sotres acceden por carretera, tomamos al asalto el único bar del pueblo.




Lo prometido es deuda, Roberto con sus cuarenta y tantos y Elías con los setenta y cinco se pagan la sidra y el quesu. Felicidades para ambos y también para Carlos por la paciencia que ha tenido por ir todo el tiempo esperándonos.
La sidra entra tan bien que tendremos que moderarnos sino queremos descender a Urdón dando porrolitos, volteretas, o cambolitas.









2 comentarios:

Maite dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Maite dijo...

Ya decía yo que me tenía que ir preparando..., no digo para cuando, en ello estoy desde mi último logro.
Por cierto, ¡ FELICIDADES A LOS CUMPLEAÑEROS!!!