sábado, 20 de agosto de 2011

LA DIALÉCTICA

" Asistimos a un interesantísimo debate: exposiciones y argumentaciones, réplicas, maestros de la retórica y la oratoria. Sin moderador, a cara perro, desde el orígen de la tribu de David hasta que el cuerpo aguente, que no es poco, en el que al final se impuso el entendimiento, eso sí, sin entregar la cuchara."

TESIS.



ANTÍTESIS.

SÍNTESIS.



Y siempre ha sido así, ocho hermanos quitándose la palabra unos a otros, sin pelos en la lengua, con respeto pero sin dar el brazo a torcer así se astille por mil sitios. Y finalizado el tema a tratar, aquí paz y después gloria.

Un abrazo para todos los presentes y un cariñoso recuerdo para los que faltan.


Fotos y texto de cabecera por Roberto Conde, gran captador de imágenes, y de momentos estelares.




lunes, 15 de agosto de 2011

ALFOZ DE SANTA GADEA

Una vuelta en bici de montaña al municipio sirve de inicio de las fiestas de Santa Gadea, las de Montejo comienzan con un magnífico concierto en su iglesia a cargo de una soprano y una pianista. Algo está cambiando, afortunadamente. En ninguno de los dos sitios se corre detrás o delante de vaquillas o toros, y no será por falta de vacas. Comenzamos el recorrido en Santa Gadea de Alfoz, capital del municipio, pueblo más extenso de los tres y el que cuenta con mayor número de casas.
Todo el municipio es en general llano con suaves lomas alrededor y con extensas praderías tanto artificiales como naturales, lo que nos indica que la ganadería extensiva es el sector económico más importante en él.
Limitamos con tres valles, el de Valderredible y el de Valdearroyo de Cantabria, y el de Valdebezana de Burgos, así como con Arija y otro Alfoz, en este caso el de Bricia.



Tan cerca nos encontramos de nuestra vecina Cantabria, que incluso compartimos su autóctona raza de vacas, las tudancas, también el verdor de los prados e incluso los bosques de hayas y robles, nos indican que estamos muy al norte de la provincia de Burgos, y con clara influencia de los vientos húmedos del norte.


Bajando hacia donde antaño estuvo el molino Pontecía, dejaremos a nuestra derecha el Otero, el cual bordearemos pasando por la turbera Margarita, del vecino Herbosa.
Desde Poza las Cabras, con un fuerte olor a manzanilla silvestre, tenemos esta privilegiada vista de Montejo y de Higón, la figura de La Vieja a la izquierda y Barresuso a la derecha.




Un auténtico balneario todo el municipio y comarca para los jubilados, y el mejor campamento de verano para los niños que pasan aquí sus vacaciones.


El problema del envejecimiento de la población y el alto número de casas en las que solo vive una persona lo compartimos con el resto de la España rural del norte. No obstante, varios jóvenes que han optado por quedarse dinamizan lo que pueden la zona, sobre todo con la actividad ganadera, algo la construcción y un poco la turística.

Al fondo se recortan las Sierras del Cordel y del Tresmares y a la izquierda de donde nos encontramos, El Corral de Santa Gadea, comienza El Monte Hijedo, masa forestal de roble albar y otras especies, de enorme extensión y belleza.

Y en un claro de dicho monte nos encontramos el singular edificio conocido como La Cabaña de Hijedo, caserío, capilla, y cuadras para el ganado. Saldremos de La Cabaña en dirección a Peña Ermita y por el Pinadero llegaremos al Rebentón de Quintanilla, última cuesta de la jornada. Las vistas al pantano del Ebro nos indican que vamos en la dirección correcta, parece que ya se asoman las nieblas al Puerto del Escudo, por la tarde saldrá el Norte, y a pesar de ser agosto, los madrileños, e incluso los nativos nos tendremos que poner la rebequita.
Además del Monte Hijedo, común a todos los pueblos y al vecino Valderredible, Santa Gadea cuenta con otra importante masa forestal conocida como la dehesa, bonito hayedo en las proximidades del pueblo. De igual forma Higón y Quintanilla tienen sendas Matas o robledales en los aledaños del pueblo que además de ser auténticos parques, nutren de leña sus cocinas y de recursos, de vez en cuando, a sus pedanías. También existen importantes masas de pino de repoblación que después de muchos años por fin parecen un monte. Los fríos inviernos del Alfoz son soportables gracias a toda esta masa forestal que produce leña en abundancia, y también a la solidez de sus casas, de robustas paredes de piedra.



Llegamos a Quintanilla y una vez más me paro ante su majestuoso roble, que junto con el del Sesteadero de Higón son los abuelos de los miles de ellos que tenemos.


Existe en Quintanilla una pequeña necrópolis excavada en la roca y me parece que pendiente de señalizar, por parte de las autoridades, pues no andamos sobrados de recursos turísticos, caso de que nos hicieran falta.
Salgo de Quintanilla por el camino antiguo que me lleva donde se encontraba la ermita de San Miguel, hasta el punto de salida.





sábado, 13 de agosto de 2011

FIDEUÁ


Vamos a cambiar de zona gastronómica. ¡Tanto norte, tanto norte!, vamos a pasar un poco al Mediterráneo, ¿ no os parece?


Voy a contar la versión light, sino mañana todavía estaré éscribiendo.

INGREDIENTES: 1/2Kg fideo fino( nº 0 o 1), Calamares ó cachón, gambitas pequeñas, ajos, cebolla, tomate para sofrito, all i oli. Mínimo un litro de fumet ( caldo de pescado).

Echamos bastante aceite,( 4 dedos mínimo), en una cazuela honda, añadimos los dientes de ajos cortados en láminas y el cachón a fuego suave. Retiramos, reservamos y añadimos las gambitas, vamos aplastando las cabezas, para que salga todo el jugo. Retiramos y reservamos las gambitas o lo que queda de ellas. Añadimos la cebolla, hasta que poche. Seguidamente un tarro grande de tomate para sofrito y dejar hasta que espese mucho, tiene que estar casi casi de color marrón.

Mientras, pondremos lo que queda de las gambas con un poco de agua y lo pasamos por el turmix, lo colamos bien, para aprovechar al máximo el jugo y lo añadimos al fumet.


Cogemos la " paella", que no " paellera" como todo el mundo mundial piensa, echamos un chorrito de aceite, tres dientes de ajo, los freímos y los tiramos. Cogemos los fideos, les damos unas vueltas y añadimos el sofrito. Añadimos el fumet hirviendo, cuando ya no quede líquido, lo metemos en el horno en posición gratinar, un minuto. Los fideos se ponen tiesos y a la mesa. Se añade cada uno el "all i oli" .

Que le aproveche al que lo haga, sino ¡¡¡¡no no sabéis lo que os perdéis!!!!!!!!!.







miércoles, 10 de agosto de 2011

PATATAS CON BONITO

Marmitako lo llaman en el País Vasco y Marmite en Santoña. Con ninguno de los dos me propongo competir, ni mucho menos. Por eso, yo lo llamo patatas con bonito.


Los ingredientes, todos de temporada: el bonito limpio de espinas y piel, los tomates de pera, el pimiento verde, la cebolla roja, patatas, ajo, perejil, laurel, pizca de pimentón.


El otro día lo probé tierra adentro, Tere lo bordó, le pedí unos consejos y hoy me arriesgo en la costa. Pochamos la cebolla roja y el pimiento verde, añadimos los tomates escaldados, pelados y troceados, dos dientes de ajo y las patatas triscadas como toda la vida se hizo. Lo damos a todo un meneo con la cuchara de madera y añadimos una pizca de pimentón. Ahora vertemos el caldo que hemos preparado con las espinas y la piel del bonito, que nos prepararon en la pescadería, y dejamos cocer hasta que la patata esté prácticamente hecha.
Sólo nos falta añadir el bonito, la hoja de laurel, el perejil picadito y un ligero toque con un popurrí de hierbas de la Toscana, para no olvidarme del libro de Ferenc Maté "La sabiduría de la Toscana". Dejamos cocer otro ratito y retiramos.

Bueno, pues en su punto, la patata bien hecha, el caldito espeso y el vino de Rueda. Buen provecho.


TRESVISO

Desde que Elías viera por primera vez el famoso póster de la subida al pueblo de Tresviso desde Urdón, se le metió en la cabeza subir a dicho sitio. Así que dicho y hecho, vamos a celebrar su setenta y cinco cumpleaños, junto con los cuarenta y tantos de Roberto, con una fresquita botella de sidra asturiana y una ración de queso picón Bejes-Tresviso de primerísima calidad.


A Carlos con once años, todavía le quedan cuerda y caminos por recorrer, si tiene la suerte de gozar de la misma salud y forma que su tío Elías. Los setenta los celebró en el Kilimanjaro, a seismil y pico metros de altitud. También cuenta en su palmarés deportivo con tres marathones en New York; no obstante el palmarés humano aún supera al anterior.


El camino nos sorprende con curiosas formaciones como esta ventana natural a la cual no dudamos en trepar.
Primero era senda para uso de los habitantes de Tresviso, después se convertiría en camino para transporte de mineral, y actualmente montañeros y excursionistas en general transitan por él. Sea como sea, son más de 800 metros de desnivel a superar en una distancia de seis km.




Tenemos la suerte de tropezarnos con un biólogo del Parque Nacional, nosotros le invitamos a café, y él no se quedó corto en darnos todo tipo de explicaciones sobre fauna y flora, de lo que aparentemente, no es más que un inmenso pedregal.
Nos muestra, justo debajo de nuestros pies, estas tres especies, el clavel salvaje, que nos hace oler después de asegurarnos de que no tiene ninguna abeja, el orégano y el trevinto. Una excursión de lo más didáctica a la par que entretenida.


Fue dejar el pedregal, dar la curva y vistas a Tresviso, y el paisaje se torna como si estuviéramos en plena primavera, verdes prados cubiertos de hierba y flores.
Aquí encontramos fresca agua, llenamos las cantimploras y haciendo caso de Carlos echamos un buen trago, pues su abuela le tiene dicho que "quién va a la fuente y no bebe, burro va y burro vuelve".


Después del largo y costoso paseo llegamos a "tras el abismo", o lo que es lo mismo Tresviso, para nada se encuentra el pueblo vacío, estamos en agosto y ha salido un espectacular día para caminar por estos lugares. Los caminantes llegados de Urdón más los turistas que desde Sotres acceden por carretera, tomamos al asalto el único bar del pueblo.




Lo prometido es deuda, Roberto con sus cuarenta y tantos y Elías con los setenta y cinco se pagan la sidra y el quesu. Felicidades para ambos y también para Carlos por la paciencia que ha tenido por ir todo el tiempo esperándonos.
La sidra entra tan bien que tendremos que moderarnos sino queremos descender a Urdón dando porrolitos, volteretas, o cambolitas.