lunes, 1 de noviembre de 2010

CAMINO REAL Y CALZADA ROMANA

Ruta histórica donde las haya la que nos proponemos en este lluvioso día primero de noviembre. Tanta historia como los dos mil años de la Calzada Romana o los doscientos cincuenta del Camino Real. Salimos de Bárcena de Pié de Concha, en busca del conservado tramo del Camino Real de Reinosa a Santander, proyectado para facilitar el tránsito de cereales y lanas castellanas al puerto de Santander.
La reseña histórica está muy bien pero uno lo que va buscando en estas rutas son sensaciones, la de hoy es difícil de explicar, por un lado el otoño está en todo su esplendor, por otro hace un día de perros, llueve copiosamente y nos mojamos por fuera con la lluvia y por dentro con el sudor. Aún así el balance es positivo, aparece el camino flanqueado en su mayoría por avellanos, tiene unas buenas vistas hacia el río y hacia la carretera nacional, que enseguida van quedando muy abajo.

Pasada la Fuente del Rey, enseguida salimos a la carretera, un poco más adelante llegamos al cruce de Pesquera, pueblo en el que se inicia la subida a Somaconcha donde empieza la Calzada Romana. La subida ha sido durilla, cara al cierzo como las cigüeñas y buscando el lugar estatégico por donde los belicosos romanos hacía pasar sus calzadas.
La primera parte de la calzada parece un torrente, llueve en abundancia y las viejas cunetas y alcantarillas romanas ya no son capaces de evacuar todo el agua. La calzada está preciosa , cubierta por una espesa alfombra de hojas de castaño, por castañas y por los erizos que las recubren. Si se hace la ruta andando es aconsejable llevar bastones, las viejas losas resbalan como el hielo y seguro que nos daremos una buena culada. En bici, muchos tramos echamos pie a tierra por si las moscas.

Y de Somaconcha a Mediaconcha, ¿la llegada dónde será? pues me parece que en Piedeconcha. Mediaconcha aparece abandonado casi por completo, vease la iglesia como ha sido engullida por la hiedra, la calzada cruza lo que fue el poblado.


Desde Mediaconcha la bajada mejora un poco y podemos hacerlo en la bici, con el permiso del grupo de caballos que nos cortaban el paso. Hemos de cruzar la vía del ferrocarril por un puente, a partir de aquí mucho barro en la calzada por lo que cogemos un camino alternativo que nos interna en el bosque de Montabliz y que en un momento nos bajará hasta Piedeconcha.

Todo el circuito suponen unos dieciséis kilómetros, una bonita jornada para hacerlo andando, en bici sin madrugar todavía llegas a casa a comer, pero nada de a mesa puesta.
Dos mil años después, desde la calzada tenemos vistas a esta impresionante obra, el viaducto de Montabliz que vertebra, una vez más, Cantabia y la Meseta.









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