domingo, 23 de mayo de 2010

VALDELOMAR-CASTRO BERNORIO

Una vez más comenzamos nuestra ruta en el sur de Cantabria, en Santa María de Valverde, junto a la iglesia rupestre y el Centro de Interpretación del mismo.Cruzamos lo que resta del Valle de Valdelomar hacia el oeste por su camino real y llegamos a Cezura, ya en Palencia, recomendable visitar su restaurada iglesia.
Llegados a Helecha de Valdivia nuestro objetivo es la conquista del castro Monte Bernorio, pero sin más pretensiones que las de gozar de sus vistas, y cada uno con su imaginación y alguna lectura de cántabros contra romanos, recrear épocas pasadas.

Desde la planicie del castro observamos la Montaña Palentina con sus nevadas cumbres, Aguilar y su pantano, el Sestil y el Tres Mares y debajo las tierras de cultivo.

Rápido descenso desde el castro hasta Villarén donde hacemos una parada en su ermita rupestre.

Continuamos por una bonita carretera entre sembrados que nos llevará por Pomar y Revilla hasta Covalagua.



Justo antes de Covalagua y a la sombra del haya centenaria damos buena cuenta de nuestras viandas.

El paraje de Covalagua aparece frondoso y rebosante del líquido elemento, las hayas con su recién estrenada hoja, los espinos en flor, hasta orquídeas aparecen, sólamente a las rebollas les faltan unos días para tapizar totalmente sus copas.



Dejamos Covalagua y ascendemos hasta el mirador de Valcabado dejando atrás la cueva de los franceses. Si desde El Bernorio las vistas eran buenas, desde aquí son espectaculares: el páramo, Peña Amaya, La Ulaña, Valderredible, hasta el castro Valnera se ve al fondo. Y a nuestros pies las copas de las hayas del monte Ahedo.


Tenemos que descender otra vez a Valdelomar y como llevamos buen guía, nos mete en la trampa. Pero la trampa no es para nosotros sino para las "fieras y alimañas" que en otros tiempos invadían montes y caminos de la comarca, según consta en las antiguas ordenanzas de 1658 sobre el uso del llamado "pozo de los lobos". Magnífica cabaña de vacas ratinas pastan a su alrededor, pocas quedan ya de esta noble raza.

Desde el pozo los lobos cruzamos dos veces, a distinto nivel, el monte Ahedo, y en rápido descenso acabamos en la iglesia de Castrillo, a la sombra del campanario, que aprieta la calor.

Después de 42 km. y mucha historia tras nuestros pasos, llegamos de nuevo al punto de partida. Otra vez estos estupendos vehículos que son las bicicletas, nos han permitido pasar una estupenda jornada y realizar un recorrido que andando nos resutaría excesivo y en coche imposible.

Estrenamos el bar abierto recientemente junto al Centro de Interpretación y como siempre unas cervezas y unas risas despiden la excursión. Comenzamos a preparar la siguiente.

Más sobre Valdelomar :http://asociacionvaldelomar.blogspot.com/2009/12/romanico-en-valdelomar-cezura.html









3 comentarios:

Rosa dijo...

Tiene muy buena pinta esa ruta¡¡¡
si señor,
y viendo las risas de Luis con las cervezas, seguro que se os ha dado bien¡¡

Rober dijo...

Se os ve muy bien todos con la camiseta de ruedalabota. ¿Habrá nueva este año o seguimos con la del año pasado por aquello de la crisis?

alfonso dijo...

Amigo Roberto, ni los más eminentes economistas se ponen de acuerdo sobre si fomentamos el consumo o la austeridad. Te conviene apuntarte a la próxima y allí lo debatimos. Un saludo.