lunes, 8 de marzo de 2010

MEDIA MARATON DEL CAMINO 2010.NAJERA-SANTO DOMINGO

Bueno, pues ya hemos vuelto de La Rioja, un fin de semana de cultura, gastronomía, deporte y convivencia. Salimos el Sábado por la mañana y en dos horas escasas nos presentamos en Haro, la capital de vino. Los niños tenían ganas de correr, éstos sí que tienen energía. Haro está situada al abrigo de los Montes Obarenses, que la protegen de los húmedos vientos del Norte lo que, unido a las peculiaridades de su suelo, hacen de toda la comarca un terreno ideal para el cultivo de la vid. Tener uvas no garantiza un buen vino; todo un laborioso proceso, mejorado con el paso de los años, hacen que la "vinificación" se haya convertido en una ciencia a veces infusa. Además es necesario conservarlo. Para ello, después de desechados los pellejos y cántaras, se vió que las barricas de roble añadían unos matices a los caldos que los hacían perdurar en el tiempo y mejorar en el paladar. Aquí entran en juego los robles del Monte Hijedo y el bisabuelo de Alfonso que transportaba las barricas hasta estas tierras.
Comenzamos la jornada tomando unos vinos ¡como no!. Jóvenes, de maceración carbónica, de año, crianzas, de alta expresión, clásicos, modernos, reservas, ecológicos,... Lo de la democracia está muy bien, pero para ir de vinos no se debería dar opción, lo que hay es lo que hay, que si no es un lío. Comimos ahí mismo, en el Restaurante Beethoven. Buena calidad y buen trato.
Lo bueno de estas reuniones es que te das cuenta que estudiaste en el mismo colegio, que los que te suspendían en matemáticas no te tenían manía sólo a tí y que "a mi me vas a hablar tú de mili".
Nos fuimos a bajar la comida dando un paseo por Sajazarra, un pueblecito con un magnífico castillo y un pequeño casco medieval.
La noche la hicimos en Nájera, una Villa que conoció tiempos mejores allá por el siglo XII, y que, salvo la Calle Mayor y la Iglesia de Santa María la Real no tiene mucho más que ver. Sí pudimos comprobar que dispone de una animada vida nocturna. Para que os hagáis una idea, en el Hostal Ciudad de Nájera junto a las llaves de la habitación te dan un par de tapones (para los oídos). BOTELLÓN,BOTELLÓN,BOTELLÓN!!!!!!!!!!!!. Así hasta las 6.30 que pasó el camión de la limpieza (que hace un poco de ruido, sabes?). Luego las campanas de la Iglesia te sacan literalmente de la cama. Entretenido, vamos.
El caso es que ya estábamos listos para la competición.

Esta foto es justo antes de decidir que no íbamos a disputar la Media, nos conformábamos con disfrutarla.
Alfonso había leído no sé dónde que en El Camino existían unas fuerzas telúricas que hacían sentir a los caminantes una impresión tan fuerte que los marcaban para toda la vida. Pues debe ser el Camino del Rocío, o que yo soy un poco agnóstico o descreído, porque lo único que sentí es frío y unas ganas enormes de llegar sin caerme o torcerme el tobillo en esas pistas que para andar están bien pero para correr con otros 600 no molan.

El caso es que llegamos vivos y coleando. Muy enteros y con un hambre de la puñeta.

La organización de la carrera perfecta. Al lado de la meta habían preparado una comida típicamente riojana. A saber: Patatas a la riojana, ternera asada, vino de la tierra, postre, café. Todo ello preparado y atendido por los voluntarios de la carrera con una amabilidad y una atención digna de elogio.


Ahora quieren ir a Asturias y con la disculpa de otra Media, comer fabada, beber sidra y lo que venga.

2 comentarios:

alfonso dijo...

Cumplimos sobradamente con la filosofía de la RUEDA LA BOTA, esto es, buen rodar, buen yantar y buen hablar. Las fuerzas telúricas no son de efecto inmediato, so ateo, te dan ánimos para seguir entrenando para la siguiente convocatoria.¿Dices que en Asturias? Por nada del mundo me la pierdo, sabes que es nuestra segunda o tercera patria.

Rafa dijo...

Mucho mariconismo, corriendo con mallas; hay que enseñar pierna.