miércoles, 3 de febrero de 2010

DESPOBLACIÓN-REPOBLACIÓN

3 de Febrero. Por San Blas, la cigüeña verás, y si no la vieres..... es que no ha venido. Afortunadamente la cigüeña sigue viniendo a críar a nuestros pueblos, aunque no en el viejo olmo, que se secó. El problema es que ha dejado de traer niños en su largo pico. Rescatada del álbum familiar la foto escolar del año 1972, varios son los recuerdos y reflexiones que me vienen a la cabeza. La apertura del Grupo Escolar de Arija concentró en esta escuela a los niños y niñas de Montejo, Higón, Santa Gadea, Quintanilla, Arija, Vilga, San Vicente, Herbosa, Arnedo, Villamediana y San Román, un total de doce pueblos. Qué mejor censo por si la memoria nos patina que contar a los niños de la foto. Ciento diecisiete niños y niñas de edades comprendidas entre los séis y los catorce años. Hoy treinta y ocho años más tarde, entre esos mismos pueblos y en la misma franja de edad habrá unos diez niños. Otro dato, de los ciento diesiete niños presentes en la foto, actualmente permanecen en dichos pueblos unos veinte. Es cierto que alguno nacido con posteriodidad, esto es, a partir de mil novecientos sesenta y siete, también está viviendo ahí.
En fin, sirvan estos datos para visualizar con más claridad, si cabe, el fenómeno de la despoblación, si bien la auténtica manera de verlo y sentirlo es darse una vuelta por ellos un día cualquiera entre semana, de cualquier mes, exceptuando julio y agosto.
¿ A qué se ha debido este fenómeno y cual puede ser el futuro de todos ellos?
En general en las zonas rurales de montaña como la que me refiero, con una economía de subsistencia basada en la ganadería extensiva y el cultivo de la patata básicamente, se ha vivido no de lo que se ganaba, sino de lo que no se gastaba; además de ganar poco, nunca sabías cuánto, estabas pendiente siempre del precio de los terneros, de la leche, de los cerdos, de las patatas, con un valor muy fluctuante. A esto sumamos que los gastos empiezan a aumentar, desde pequeños electrodomésticos hasta un coche (con lo que conlleva), subida de precios de la luz y butano,seguridad social, pequeñas inversiones en maquinaria etc. La granja no daba para todo esto y para lo que se avecina, se van produciendo abandonos, lenta pero progresivamente.La gente se va dando cuenta que un salario en la ciudad es más rentable que el trabajo en el campo, van llegando los primeros veraneantes con sus coches, tiempo y dinero que invierten en ocio. Y esto cala. Sólamente van quedando los que a base de trabajo e inversión en modernizar sus explotaciones consiguen unas rentas capaces de permitir un consumo acorde con la oferta existente. Además, aprovechan con rentas bajas las tierras y pastos que otros abandonan. Ahora quedan una media de dos o tres explotaciones agrícolas y otra de distinta actividad por cada pueblo, donde antes existían veinte o más. Por tanto el panorama es éste, dos o tres matrimonios más o menos jóvenes y otra docena de personas mayores es la población que en la actualidad componen la mayoría de los pueblos, y quizás estoy siendo optimista. Pero aunque estas dos familias sean capaces económicamente de aguantar el tirón, e incluso estén felices haciendo lo que hacen, que me consta que si, tendrán enseguida que mandar a sus hijos a estudiar fuera, rara vez disfrutan de vacaciones y son muy pocos para formar parte de una comunidad; seguramente acabarán desistiendo.
¿ Será esto un proceso irreversible? ¿ Únicamente pueden ser los pueblos lugares de segunda residencia de la gente que vive en las ciudades o pueblos grandes? Pues si algo o alguien no lo remedia me temo que si. Paradójicamente la mejora en infraestructuras, carreteras, teléfono, electricidad, quita-nieves, servicio sanitario etc. no ha contribuído a fijar población, antes al contrario, como tenemos mejores carreteras trabajamos aquí pero vivimos fuera. Pues igual tiene que ser así. ¿Hay algún resquicio para el optimismo? Yo pienso que si, se trata de dignificar cada día más el modo de vida rural, el valorar y pensar que ¡qué suerte ! vivir en el pueblo. Pero me da la impresión, y es una opinión subjetiva y sin querer jugar a ser adivino, que esto lo ha de hacer gente nueva, nuevas generaciones con ideas y proyectos nuevos y diversos, sin complejos, sin estigmas. Alguien que no haya tenido de niño que ir a cagar a la cuadra y limpiarse con el papel elefante colgado del poste; alguien que no haya visto a su madre ir al río helado a lavar la ropa. Los que vivimos esos tiempos tenemos demasiado interiorizado un modo de vida asociado al pueblo que no quisiéramos para nuestros hijos. Pero hoy las cosas han cambiado, puede haber calidad de vida en un pueblo y la ciudad se está deteriorando. Puede que estemos en un período de transición, que aún no hayamos tocado fondo en cuanto a despoblación, pero creo que hay que ser optimistas y mientras tanto apoyar, dignificar y valorar, aunque sea por egoismo, a los pocos que aun decidan seguir allí el año entero y a otros que vienen estacionalmente. Entre los unos y los otros los pueblos siguen ahí, no se han perdido, no han caido. No se han olvidado.

8 comentarios:

Rober dijo...

Sólo un dato ilustrativo: media de edad del censo de ganaderos en Cantabria: 57 años.
¿Alguien se imagina una fábrica con sus obreros entre 50 y 65?
Otro dato: nº funcionarios consejería Agricultura Gobierno Balear: 440; nº agricultores=430.
Creo que en Cantabria llevamos el mismo camino. Yo mantengo una teoría desde hace un tiempo: el campo español está sufriendo una política comunista desde que se ingresó en la cmunidad europea. Se te dice cuánto vas a poder vender, a qué precio y a quién.
Otro dato, y no quiero ser pesado:
ver noticia ayer en El Diario donde el Gob. Cantabria pierde una sentencia en el T. Supremo por obligar a sacrificar sus animales a los ganaderos cántabros en un único matadero.
Aunque no soy de los que piensan que los ganaderos son empresarios: ¿Dónde está la libertad de empresa?
En fin, las medidas que se llevan a cabo en las zonas rurales no sirven para fijar población, pero es seguro que sin ellas la gente se marcha antes. Es cuestón de tiempo.
Razón tienes que serán nuevas gentes las que transformen las zonas rurales. También es cuestión de tiempo. En las ciudades los cambios (para bien o para mal) se notan rápidamente, antes de que nos demos cuenta. En los pueblos son mucho más sutiles y alargados, pero más seguros. Una vez que toman una dirección es difícil corregirla. Veremos.

Josu Aramberri dijo...

Cada vez es más difícil fijar los habitantes en estos territorios. La carencia de servicios es una de los principales argumentos para marcharse (comercio, sanidad, educación).

La mejora de las comunicaciones, como sucede ahora con la remozada carretera de Matamorosa a Arija, puede tener un doble efecto: residencia en Reinosa, trabajo (incluso rural) en los pueblos. Este fenómeno sucede en Alava, donde el 90% de su población vive en Vitoria. Por la mañanas coge el coche, y en menos de media hora está en su tractor trabajando. Sólo la ganadería requiere una atención más permanente.

Resultado final: los pueblos agonizan, los comercios y los bares van cerrando, sólo falta echar la persiana...

luis dijo...

Mucho hemos hablado de éste tema. Muchas horas intentando encontrar una solución. Hasta hace poco yo también era optimista y pensaba que era posible remontar, que ya no se podía perder más población, que nuevos "colonos" se iban a asentar en nuestros pueblos ya casi desiertos. Hoy ya no; hablas de una nueva generación de gente sin prejuicios, ¿también libres de la esclavitud consumista?. ¿Cuántos estarían dispuestos a romper esa cadena que nos ata?. Los sociólogos y estadísticos fallan en sus predicciones porque una nueva variable entra en juego y "contamina" su estudio. Sólo una nueva economía de verdad sostenible y alejada del crecimiento desaforado puede devolvernos al pesebre, que tampoco se cagaba tan mal en él.

Severina dijo...

¿De verdad hablas de tu pueblo? Por un momento pensé que describías el mío, en el concejo de Aller, a los pies de San Isidro. Y eso que teníamos la mina, que permitió mantener una economía mixta, la agraria de subssistencia y el sueldín minero. Estoy completamente de acuerdo contigo en tu reflexión final sobre los llamados a revitalizar los pueblos: hace falta gente que no se quede trabada en la amargura o en la melancolía.

Severina dijo...

Se me olvidó: ¡una máquina de escribir en tu escuela! Eso sí que fue lujo...

Maite dijo...

Yo opino lo mismo de casi todo el mundo. Actualmente va a ser muy difícil la repoblación . Cada vez se cierran más colegios, porque la gente se va a la ciudad... No hay suficientes comodidades: sanidad, electricidad... Es una auténtica pena y espero poder ver y rectificar este escrito y decir todo lo contrario. Ojalá!!.
Y por último hacer un inciso o punto y aparte al modelo de la foto, ¿ qué le habrán dicho para qué estuviera así de modosito???.
¡ Pero qué rico eras¡. No te pongas triste ahora también( pero sin pelo),compi.

Montacedo dijo...

Hola, respecto al debate, y al hilo del comentario que dejabas en mi blog, creo que efectivamente la historia es cícluca. Me copio a mi mismo una reflexión:

"Y lo peor de todo es que estoy seguro de que llegará el momento en que la sociedad se dará cuenta, probablemente tarde, de la enorme pérdida que supone renunciar a nuestros pequeños pueblos."

El problema es el tiempo que pasará hasta entonces, cuanto patrimonio se habrá perdido y cuantos pueblos serán irrecuperables. Al respecto, creo que en amplias zonas de Cantabria, al contrario que en Burgos, se ha logrado cerrar el ciclo de manera que la revitalización ha llegado antes de que el daño fuera irreparable.

Rosa dijo...

Leer estos siete comentarios acerca de la despoblación de los pueblos me hace pensar que al menos, ya no hay tanta indiferencia a esta realidad.
Quizá esto sea lo primero que era necesario para modificar esta tendencia, porque hasta llegar a aquí, hemos pasado por décadas de absoluto abandono a las zonas rurales, a su valor natural, cultural, demográfico y también económico, y por supuesto a su población.
Sólo a partir de los años 90 (avanzados) ha empezado la preocupación por dotar de servicios mínimos a estas zonas, cuando ya era demasiado tarde.
(Es muy paradójico ver parques infantiles en todos los pueblos, en algunos casos comidos por la maleza.....)
Efectivamente, será necesario otro modelo económico menos global y más local, así como una población renovada que no haya sentido como algunos de nosotros ese abandono....